El clásico y la ciencia ficción
Este fin de semana en la Liga hay sólo un partido, con perdón del resto de choques y sus protagonistas. El clásico llega con mucho morbo y características especiales, marcadas por las deficiencias de los contendientes. Ni el Real Madrid, a pesar de que encabeza la clasificación, ni el FC Barcelona están en su mejor momento. Dejando la Copa del Rey al margen, el último encuentro liguero de los blancos en el Bernabeu fue penoso. Su rival, el Sporting de Gijón, estuvo a punto de empatar en los últimos minutos. Y del Barça en Anoeta casi mejor ni hablar. ¿Estuvieron allí, de verdad? ¿Eran ellos? En el mejor de los casos lo fueron durante 20 o 30 segundos, los que tardó Neymar en correr la banda izquierda y Messi en colocarse el balón que le lanzó el brasileño, para tirar luego con rabia entre tres impotentes donostiarras entrechocándose como los romanos de Astérix.
En el Bernabeu, a su vez, de no haber sido porque Duje Cop decidió enviar un penalti a la estratosfera –bajo una lluvia intensa, que tiene más mérito– los merengues hubieran podido llevarse un buen susto. La afición blanca contuvo la respiración, asustada, mientras el ariete visitante se medía las pulsaciones llevándose un par de dedos a la yugular. Fue un gesto premonitorio, imitando otro de Davor Suker años antes.
El error presentido se comprobó un segundo después. Cuando Cop inició su corta carrera hacia el balón llevaba una expresión de pánico escrita en el rostro. Y equivocó el tiro, claro. El delantero decidió utilizar el manual de lanzamiento que emplea la NASA para sus naves Pioneer, y el balón se perdió en el hiperespacio de la Guerra de las galaxias, fuera del sistema solar.
El único al que todo aquello pudo hacerle cierta gracia es Sergio Ramos, especialista
El penalti lanzado por el gijonés Cop se perdió donde el tiempo se curva y aparece la cuarta dimensión
en la materia. Cuentan los cronistas galácticos que el balón lanzado por Cop y el enviado a Alfa Centauro por Ramos en ocasión memorable han sido vistos en la inexplorada línea en la que el tiempo se curva y aparece la cuarta dimensión. Especialistas en física especulan sobre la posibilidad de que la pelota de Cop reaparezca en el Bernabeu en el partido del 2 de mayo del 2009, el del 2 a 6, generando aún mayor zozobra en las gradas merengues, porque ajustados cálculos matemáticos aventuran que puede acabar en las redes de la portería de un rejuvenecido Iker Casillas, para colocar el resultado en un desconcertante 2 a 7.
Según otros cálculos, el balón de Sergio Ramos caerá este sábado en el Camp Nou y será despejado por Piqué en acrobática tijera. Luego, Messi meterá tres goles, dos Neymar y uno Suárez. Más tarde, en el minuto 90, la afición culé despertará de su sueño espacial para digerir con buen humor el resultado real y efectivo, sea el que fuere. Y si no pueden jugar de cine, que jueguen al menos de ciencia ficción.