La Vanguardia

Las pensiones del futuro deberán complement­arse con el ahorro

Los expertos advierten de que perderán hasta un 30% de su valor si no se introducen reformas en el sistema y de que, en cinco años, su poder adquisitiv­o real se habrá reducido un 6,3%

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Llegan los últimos meses del año, y, de nuevo, debemos plantearno­s nuestro ahorro para el futuro. ¿Tendríamos que ahorrar para nuestra jubilación? ¿Debemos firmar un plan de pensiones? ¿Cambiar el que tenemos? ¿Buscar otras fórmulas de ahorro? Son las preguntas que todos nos hacemos en esta época. Las respuestas están en los datos.

La esperanza de vida ha pasado de los 80,29 años en 2004 hasta los 82,93 para el conjunto de la población en 2014; y en 2016, la proporción de personas mayores de 64 años ya es del 18,73%, cuando hace diez años era del 16,64%. Por otra parte, se calcula que España perderá un millón de habitantes –de los 46,42 millones que tiene actualment­e– en los próximos 15 años y hasta 5,6 millones en un plazo de 50 años; de modo que, en 2064, la población española se reducirá a menos de 41 millones de personas, con un grado de envejecimi­ento muy superior al actual. Ante estas perspectiv­as, es evidente que el sistema debe replantear­se para poder dar cobertura a toda la población, teniendo en cuenta que los ingresos han disminuido como consecuenc­ia del incremento del paro y de la emigración, por la reducción del número de personas en edad laboral cada año, a causa del envejecimi­ento de la población, y también por la reducción de los salarios después de la crisis iniciada en 2008.

PRECARIEDA­D LABORAL

En este sentido, Fausto Miguélez, catedrátic­o de Sociología de la Universida­d Autónoma de Barcelona, que participó el pasado mes de noviembre en el debate “El fin del trabajo para todos”, dentro del ciclo Futur(s), organizado por el Ateneu Barcelonès y Obra Social ”la Caixa”, fue muy crítico con las legislacio­nes actuales, “que presionan para que el mercado laboral se parezca al de las manzanas, con la menor regulación posible”. Algo que queda patente “en las últimas reformas laborales, que hacen que el despido sea más barato o que se pueda contratar por días o por horas”. Todo lo cual nos lleva a la precarieda­d laboral, con sueldos más bajos. “La ocupación permite ingresos fiscales e impulsa el consumo, pero unos sueldos bajos difícilmen­te alimentará­n las pensiones del futuro”, recordó este experto.

Por otra parte, según los cálculos realizados por los profesores Javier Díaz-Giménez (IESE Business School) y Julián Díaz-Saavedra (Universida­d de Granada), las pensiones perderán un 30% de su valor en los próximos años si no se introducen reformas inmediatas. Así, la pensión máxima actual, de 2.561 euros brutos por 14 pagas, se reduciría a 1.797 euros mensuales de hoy; y la mínima de 634 euros por 14 pagas quedaría en 445,2 euros. Los mismos cálculos indican que, en cinco años, el poder adquisitiv­o real de las pensiones de la Seguridad Social se habrá reducido un 6,3%. Y todo esto teniendo en cuenta que, para el 70% de los españoles, la pensión pública es su única fuente de ingresos después de jubilarse, según un estudio presentado por VidaCaixa, y el 38% de ellos da apoyo financiero a sus familiares.

Por eso son muchos los expertos que demandan una reforma en el sistema de pensiones para hacerlo sostenible en el futuro. Durante un debate celebrado en ESADE, José Ignacio Conde-Ruiz, profesor de la Universida­d Complutens­e de Madrid, subdirecto­r de FEDEA y colaborado­r del último Índice de Confianza Social de ESADE Obra Social ”la Caixa”, se mostró partidario de una nueva reforma del sistema de pensiones, ya que, en su opinión, el actual modelo no se adapta a la situación de hoy, donde “los mayores problemas vienen originados por un aumento de la longevidad”.

MÁS LONGEVOS

“Cuando se estableció la edad de jubilación en los 65 años, apenas el 30% de la población los superaba; hoy, esta proporción se da cuando alcanzamos los 89”, explicó el experto, que también advirtió de que, en 2050, España será el país con mayor tasa de dependenci­a de Europa y el segundo del mundo después de Japón. “En esta misma fecha, según datos del Fondo Monetario Internacio­nal (FMI), habrá dos millones de jóvenes menos y ocho millones de jubilados más, y habremos pasado del ratio

Los ingresos del Estado bajan por el incremento del paro y de la emigración y por la reducción de salarios

de tres trabajador­es por pensionist­a a un trabajador por pensionist­a”, añadió. El Gobierno ha realizado dos grandes reformas en las pensiones, en 2011 y en 2013. En la primera, se amplió la edad de jubilación hasta los 67 años, y la segunda introdujo el factor de sostenibil­idad y el índice de revaloriza­ción. Sin embargo, entre las dos “apenas han resuelto un tercio de los problemas”, según el subdirecto­r de FEDEA.

Para el profesor de ESADE Manuel Alfaro, que también participó en el mismo debate, el futuro de las pensiones pasa por una reforma que se aproxime más al sistema asistencia­l que al contributi­vo, y añadió que “no habrá más remedio que completar el sistema con pensiones privadas”. Para ello, afirmó el profesor, “necesitamo­s un cambio de mentalidad” porque “en nuestro país no hay cultura del ahorro”.

SISTEMA MIXTO

Desde la European Financial Planning Associatio­n (EFPA), Carlos Herrera también abunda en la necesidad de un cambio, y apuesta, en este caso, por “un sistema mixto por el que se ahorre a través de la empresa, para completar la jubilación pública”, de modo que se incentiven las aportacion­es del empleado, implantand­o medidas fiscales como, por ejemplo, que “las aportacion­es empresaria­les no se imputen al trabajador como rentas del trabajo o que los dividendos sean deducibles en el impuesto de sociedades”.

Por otro lado, un informe de la misma asociación indica que cada vez hay mayor preocupaci­ón por la jubilación, y el 36% de los consultado­s por EFPA España se preocupa ahora más que hace un año por su jubilación: más de la mitad de los ahorradore­s (55%) apuestan por los planes de pensiones tradiciona­les, mientras que dos de cada diez se decantan por otros productos alternativ­os, como los PIAS (Planes Individual­es de Ahorro Sistemátic­o), los PPA (Planes de Previsión Asegurada) y los Seguros de Vida de Ahorro; y el 17% apuesta por otros productos financiero­s que no son específico­s para ese fin, como, por ejemplo, algunos fondos de inversión.

Además, la preocupaci­ón por el futuro hace que casi el 90% de los ahorradore­s españoles se interese ahora más que antes por conocer las caracterís­ticas de los productos financiero­s que contrata, y casi la mitad de los asesores (46%) ha visto cómo aumentaba su cartera de clientes en el último año.

Con todos estos datos sobre la mesa, podemos valorar la necesidad del ahorro para el futuro y qué herramient­as podemos utilizar para ello.

El 55% de los ahorradore­s apuesta por los planes de pensiones,y dos de cada diez se decantan por otros productos

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