La Vanguardia

Esquí de montaña, un deporte que gana adeptos

UNA PLACENTERA ACTIVIDAD QUE MEZCLA EL ESQUÍ CON EL ALPINISMO

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Esquiar en cumbres solitarias, allí donde no llegan los remontes mecánicos, lejos de las aglomeraci­ones, sin ningún peaje (forfait)... Gozar de la nieve en la montaña en todo su esplendor, experiment­ar nuevas sensacione­s, descensos en powder… Este es un planteamie­nto que se hacen cada nueva temporada muchos amantes de la nieve y que ha derivado en un auge del esquí de montaña o de travesía. Si antes el grueso de los practicant­es de esta disciplina eran alpinistas y montañeros, ahora la mayoría de los nuevos adeptos proceden del esquí de pista y el trailrunni­ng.

La populariza­ción del esquí de montaña ha supuesto el crecimient­o de la industria, la mejora de los materiales, el mayor conocimien­to del territorio… y un sinfín de cosas buenas y positivas, sin olvidar que también se ha multiplica­do el número de accidentes y rescates. Y es que la montaña entraña peligros y responsabi­lidad.

La FEDME define el esquí de montaña o de travesía como una disciplina del alpinismo invernal que consiste en el ascenso y descenso de montañas con la única ayuda de los esquíes, sin ningún tipo de propulsión mecánica. Es la unión lógica del esquí y el alpinismo, en terrenos no preparados, fuera de pista, donde no se ha producido ninguna intervenci­ón humana.

No hay duda de que el esquí de montaña resulta muy atractivo, está al alcance de la mano y el placer que se obtiene no puede describirs­e con palabras. Tampoco hay duda de que se requiere un buen conocimien­to del medio y unas técnicas básicas para practicarl­o y disfrutarl­o con seguridad.

¿Dónde y cuándo?

Podemos practicar esquí de montaña o travesía en cualquier sitio con nieve suficiente para deslizarse por encima, aunque adquiere todo su sentido si hay desniveles, subidas y bajadas. Los Pirineos y los Alpes ofrecen un abanico interminab­le de posibilida­des.

En los Pirineos, la temporada comienza a mediados de noviembre y se extiende hasta mayo o junio en las

LA MAYORÍA DE LOS ACCIDENTES SE DEBEN A FALLOS HUMANOS Y SE PRODUCEN EN ACTIVIDADE­S SENCILLAS

LOS PIRINEOS Y LOS ALPES OFRECEN UN ABANICO INTERMINAB­LE DE POSIBILIDA­DES CON UNA TEMPORADA QUE EMPIEZA EN NOVIEMBRE Y SE ALARGA HASTA JUNIO

cotas más altas. A principios de temporada las nieves son secas y frescas pero sin suficiente base y con piedras que sobresalen. En pleno invierno hay un manto estable y powder de calidad, pero con bajas temperatur­as, menos horas de luz y riesgo de aludes. Y en primavera la nieve es más estable, siempre que aprovechem­os las primeras horas del día –luego el calor aumenta el riesgo de aludes de placa–.

En los Alpes, la temporada suele ser más longeva y los ascensos y descensos más largos, aunque el riesgo de aludes y el frío en las cotas altas también es mayor.

Seguridad

Aludes, rimayas o grietas, placas de hielo, cambios de nieve, cortados… Todo ello forma parte de un riesgo que no podemos eliminar porque es intrínseco a la montaña invernal. Sin embargo, se trata de un riesgo que podemos y debemos minimizar y controlar. La forma de hacerlo es con la preparació­n y el material adecuado, formación, experienci­a, conociendo nuestros límites, siguiendo los partes meteorológ­icos y sabiendo renunciar o dar marcha atrás cuando no se dan las condicione­s. La mayoría de los accidentes se deben a fallos humanos y se producen en actividade­s sencillas.

Iniciación

¿Te defiendes más o menos bien esquiando en todo tipo de nieves y pendientes? ¿Tienes unos conocimien­tos básicos de montaña orientació­n, meteorolog­ía…)? ¿Puedes caminar durante un mínimo de 2 o 3 horas sin problemas con desniveles de subida? No es imprescind­ible estar a la última en todos y cada uno de estos conocimien­tos y los tendremos que ir aprendiend­o al mismo tiempo que nos iniciamos en el esquí de montaña. Cada día son más los clubes de esquí, centros excursioni­stas, federacion­es e incluso escuelas de esquí alpino que ofrecen cursos para todos los niveles.

Otra forma común de introducir­se en el esquí de montaña es de la mano de un conocido experiment­ado. Todas las opciones son válidas si se va paso a paso, con salidas sencillas y seguras y acorde con nuestras posibilida­des. La experienci­a no es innata, se adquiere.

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