El valle de las grandes sensaciones
EL CREMALLERA DE NÚRIA ES, A LA VEZ, ATRACCIÓN Y PUERTA DE ENTRADA DEL VALLE MÁS EMBLEMÁTICO
Vall de Núria es algo más que un valle. La estación de esquí y montaña es hoy un escenario natural cuyo interés y atractivo no han dejado de ir en aumento. Quizá por ello, desde FGC siempre han velado por mantener y preservar su rico patrimonio natural con especial mimo. Lo cierto es que Vall de Núria, ubicada en Queralbs y dominando uno de los puntos más elevados de la Vall de Ribes, posee una riqueza natural y paisajística única y la convierten en un destino de alta montaña que supera por completo la estacionalidad propia de las destinaciones de esquí, ofreciendo al público un “valle” de posibilidades más allá de la práctica de este deporte.
El ‘factor cremallera’
Rodeada por picos de casi 3.000 m, si hay algo en el viajero que dispara aún más las sensaciones que la propia nieve es disfrutar llegando a ella en un transporte histórico: el Cremallera. Este singular tren, que se coge en la población de Ribes de Freser o Queralbs, tiene un recorrido de 12,5 km y supera un desnivel de más de 1.000 metros. Es el único medio con el que acceder a Vall de Núria y porque es la mejor manera de disfrutar de un entorno incomparable durante el viaje.
Nieve y peregrinos
Mucho antes de la llegada del Cremallera, en 1930, Núria ya era emblemática. Los pastos del valle fueron objeto de transacción entre condes y monasterios; un hecho que, probablemente, explica el origen del santuario. Un enclave natural protegido entre grandes cumbres no podía sino derivar en un destino ideal para los que buscan el cobijo espiritual de su santuario. Con el tiempo, eso sí, se ha convertido en punto de encuentro de los amantes del deporte blanco y la naturaleza en su máxima expresión, con el majestuoso Hotel Vall de Núria como estandarte de su oferta de alojamiento con las máximas comodidades.
El valle más familiar
Vall de Núria no sólo ha resistido al tiempo sino que parece