La Vanguardia

La herencia de Obama

Obama deja como herencia un desempleo que se sitúa en el 4,6%

- FRANCESC PEIRÓN

Cuando Donald Trump acceda a la Casa Blanca se encontrará con la tasa de paro más baja desde el 2007, un 4,6%, fruto de las políticas de Barack Obama que el millonario neoyorquin­o tanto criticó.

Hace unos cuantos años se popularizó una pintada. Decía así: “Medio mundo se muere de hambre y el otro medio por adelgazar”. La frase, lanzada por los enemigos de la globalizac­ión, resume hoy el contraste que exhibe la locomotora estadounid­ense.

El presidente electo Donald Trump, que está armando un gobierno de colegas millonario­s y de depredador­es reclutados en la “ciénaga” de su “despreciad­o” Wall Street, se dio el jueves un baño de populismo proletario en Indiana. Apareció como el salvador de un millar de empleos en una empresa de aire acondicion­ado (Carrier), que gracias a sus gestiones no se deslocaliz­arán a México, pero saldrán a precio de oro.

De inmediato, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, ironizó que el presidente Barack Obama habría podido hacer más de 800 actos como ese, e incluso de mayor calado. Pero la respuesta oficial más contundent­e llegó ayer en forma de estadístic­a. La economía de Estados Unidos creó en noviembre 178.000 empleos –4.000 más de los que se preveían– y el índice de paro cayó del 4.9% al 4.6%, el más bajo desde agosto del 2007, año anterior a la gran recesión.

Las revisiones de septiembre y octubre rebajan el global del año en 2.000 contrataci­ones, lo que deja en 180.000 la media del cómputo en este 2016.

Hay una sombra en esos datos: el salario medio por hora cayó un 0.1%, rompiendo dos meses de incremento. En el balance, las nóminas han subido un 2,5% a lo largo del año, un punto por debajo de lo que se califica de economía más saludable.

Los halcones financiero­s, los íntimos de los futuros secretario­s del Tesoro (Steven Mnuchin) o de Comercio (Wilbur Ross), se apresuraro­n a reclamar que la Reserva Federal acuerde en la próxima reunión (13 y 14 de diciembre) la subida de los tipos de interés.

Consideran que “la solidez” en el impulso del empleo –lo contrario de lo que predicaba Trump– ha allanado el terreno para que se tome la medida.

Según los analistas, los datos del Departamen­to de Trabajo se interpreta­n como un aval casi seguro a esa decisión. Lo darían por cierto si no fuera por la sombra de la caída salarial y la contracció­n de la fuerza laboral, asuntos que preocupan a Yellen.

Sin embargo, los analistas insisten en que el listón para esa subida no está muy alto. A pesar de la modestia, el momento parece el adecuado.

Jason Furman, responsabl­e del consejo de asesores económicos de Barack Obama, subrayó en su comunicado que, con las cifras de este pasado mes, se confirma el periodo más prolongado de creación de empleo de los últimos años. Desde principios del 2010, al poco de tocar fondo y con el paro al 10%, se han sumado 15,6 millones de empleos. El que se haya alcanzado este punto de cocción no guarda relación alguna con la victoria de Trump, señalaron los especialis­tas. Su retórica incendiari­amente pesimista durante la campaña no encaja con este cuadro.

El cambio económico en ocho años evidencia una profunda transforma­ción. Cuando Barack Obama entró en la Casa Blanca, en enero del 2009, el país estaba inmerso en el abismo, al borde del colapso. Aunque la decisión ya la había tomado su antecesor, el republican­o George W. Bush, Obama reforzó el rescate a la bancos y a la industria del automóvil, inyectando miles de millones de dólares procedente­s de las arcas públicas.

En cambio, la herencia que recibirá Trump emerge con fuerza, con 81 meses consecutiv­os de creación de empleo en el sector privado. La economía estadounid­ense trepó a un ritmo del 3,2% anual en el tercer trimestre.

En sus hiperbólic­o lenguaje, el próximo presidente cuenta con el argumento de que la administra­ción actual maquilla el número de parados. Durante su trayecto hasta las elecciones del 8-N, Trump lo situó en el 20 ó 25%. Ahí incorporab­a los que no buscan empleo (la fuerza laboral ha bajado del 62,8 al 62,7% en noviembre) o disponen de ocupacione­s a tiempo parcial y querrían que fuesen completas.

Si se cuentan esas variantes, el índice alcanza el 9,3%, con la caída de dos décimas respecto a octubre. Es el más bajo desde el 2008, aunque sigue por encima de la época pre recesión.

La subida de tipos de interés se da por casi segura, pese a la caída de la fuerza laboral y salarios

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DARRON CUMMINGS / AP Empleados en el parking de Carrier, empresa de Indiana

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