El PSOE impone contra el criterio del PSC una revisión de sus relaciones
Los negociadores deben salvar a priori sus discrepancias sobre España y Catalunya
“¡Llevo veinte años presentando enmiendas en todos los congresos del PSOE para que se revise la relación con el PSC!”, informó el veterano dirigente extremeño Francisco Fuentes –fue mano derecha de Ibarra– a Meritxell Batet, Antonio Balmón y Salvador Illa, en la primera reunión que ayer celebró en Ferraz la comisión creada entre los dos partidos hermanos para seguir “caminando juntos”, como quieren.
Y al fin se abordará esa revisión, casi cuarenta años después de que PSOE y PSC firmaran su protocolo de relación en 1978. Esta fue la principal decisión que, según fuentes de la negociación, se adoptó en la cita, pese a la resistencia de un PSC que, como ya destacó Miquel Iceta, se encuentra “muy cómodo” con el vínculo actual que otorga a los socialistas catalanes plaza, voz y voto en todos los órganos decisorios del PSOE –incluida la ejecutiva de Ferraz, el comité y el congreso federal– pero no sucede así a la inversa.
La delegación del PSOE –integrada por el andaluz Mario Jiménez, la eurodiputada Elena Valenciano y el citado Fuentes– expuso las tensiones sufridas entre ambos partidos, siempre a cuenta del modelo territorial, desde la declaración de Santillana del 2003 suscrita entre Zapatero y Maragall hasta la declaración de Granada sellada en el 2013 entre Rubalcaba y Pere Navarro. Como resume un veterano de referencia, “el PSC siempre ha ido tirando de la cuerda y el PSOE cediendo”. “Siempre nos hemos visto con la lengua fuera para seguirles y ellos siempre han pensado que éramos un freno”, corrobora otro dirigente del PSOE. Y ayer ambas delegaciones acordaron finalmente reequilibrar y resolver la “asimetría” entre PSOE y PSC. En Ferraz piensan que esta asimetría se podía digerir mientras no se utilizó por el PSC como “arma arrojadiza”. Pero el choque de legitimidades forzado entre el consejo nacional del PSC y el comité federal del PSOE, por la investidura de Mariano Rajoy, impone ahora la obligación de la revisión. Qué fórmula se adoptará está por ver, pero Mario Jiménez no quiso descartar en público ninguna, lo que incluye que el PSC salga de los órganos del PSOE o que los socialistas catalanes no puedan participar en la elección del secretario general del PSOE aunque sí en la del candidato a la Moncloa. Hay sectores del PSOE –en Andalucía y Extremadura– que exigen “mano dura”. Otros, más pactistas, apuestan por una solución moderada. La comisión negociadora intentará “modular” ambas demandas. Pese a todo, Illa aseguró que veía “aparcada la amenaza” de expulsión de los órganos del PSOE. El término que ambas partes acordaron emplear para los trabajos que desarrollarán es el de “actualizar” el protocolo de 1978.
Y ante las “dudas” de algunos sectores del PSOE, trasladadas en la cita, la delegación del PSC confirmó que su posición en el debate territorial sigue anclada en el acuerdo de Granada, que estableció como propuesta común una reforma de la Constitución en clave federal. “Para nosotros –dijo Salvador Illa–, este acuerdo sigue vigente en toda su extensión”. Sigue habiendo discre- pancias conceptuales: para el PSC, Catalunya es una nación –“en lo identitario y lingüístico, pero eso no comporta un Estado”, precisó Illa–, mientras que para el PSOE, según subraya el presidente de la gestora, el asturiano Javier Fernández, “la única nación es España”. En este debate, no obstante, el acuerdo entre “¡Llevo ya veinte años presentando enmiendas para revisar la relación!”, exclama el extremeño Fuentes el PNV y los socialistas vascos ha actuado como un bálsamo.
La cita también disipó otras dudas del PSOE, como la de una presunta alianza electoral del PSC con En Comú Podem, que fue desmentida. La comisión negociadora intentará primero despejar las discrepancias políticas, y después abordará la relación. “Lo orgánico es meramente instrumental, lo fundamental, lo indispensable, es lo político”, zanjó Mario Jiménez.