“Exigiré el dinero que le corresponde a la UB”
Joan Elias (Barcelona, 1956) se ha ganado el tratamiento de magnífico, un nombre propio de los rectores españoles, al ganar el pasado jueves las elecciones, con el 53% del voto, en la Universitat de Barcelona (UB), gobernada en los últimos ocho años por Dídac Ramírez. La UB es un coloso con una historia milenaria y gran potencia: encabeza los campus españoles en investigación y se sitúa entre las 200 mejores universidades del mundo manejando grandes colectivos como 5.300 profesores e investigadores y 65.600 estudiantes, y con una amplia oferta de 73 grados, 144 máster oficiales y 654 propios. Elias, que tomará posesión del cargo la semana del 19 de diciembre, rehúye los tratamientos y afronta el reto con sencillez y humor: “La deformación profesional lleva a los matemáticos como yo a abordar los problemas atendiendo toda su diversidad y complejidad. Justo lo que necesito en este nuevo desafío”.
¿Qué palabra definirá su mandato?
Serán dos. Transparencia y diálogo.
La campaña, con siete candidatos, programas similares y un resultado muy igualado en la segunda vuelta, ha sido muy reñida. Sin embargo, sólo ha votado el 13% de los electores. Es un problema clásico. Los estudiantes están cuatro años y quizás esto del rector les suene lejos. Es más grave en el caso del personal permanente. Buscaremos la manera de aumentar la movilización.
Usted ha sido el favorito entre los estudiantes. ¿Cuál es su propuesta?
Creo que los estudiantes más que diferencias programáticas han percibido una actitud de escucha. Nosotros queremos abrir canales de participación directa con temas de su vida diaria, que sientan así que pertenecen a esta comunidad.
Para los profesores, que votaron 7 de cada 10, usted no era el candidato preferido. ¿Se siente respaldado?
La brecha entre Màrius Rubiralta y yo no era tan grande, apenas 6 puntos. Y compartimos el modelo de universidad: público, catalán, democrático y capaz de situarse en los 100 primeros puestos del mundo.
¿Qué exige este modelo?
Con el presupuesto que tiene, la UB lo ha hecho razonablemente o, incluso, muy bien. Pero cabe mejorar en investigación y en docencia. Los alumnos dicen en las encuestas que no repetirían la experiencia de estudiar en la UB. Eso es muy grave.
¿Y qué propone?
Hemos de ayudar a girar la rueda, como antes de la crisis. Si queremos una universidad potente, es necesario rejuvenecer plantillas, contratar más profesores y estabilizar carreras. Sea vía funcionarial o laboral.
¿Cree que debería cambiarse el modelo de financiación de las universidades catalanas?
Por supuesto. Hay que revisar los coeficientes. El reparto territorial a nosotros nos perjudica. Y, en cambio, no se considera económicamente el mantenimiento de nuestro patrimonio cultural. Este edificio histórico tiene paredes de 1,5 m. de roca de la cantera de Montjuïc. Para hacer un agujero, hemos de pedir una máquina especial. Otras universidades más jóvenes no tienen este problema.
¿Es suficiente el aumento del presupuesto del Govern para las universidades de 47 millones?
Paradójicamente, a nosotros nos bajará 1,5 millones el año que viene. Aumenta el total y nosotros bajamos. Este es el problema. Es como el Barça. Si queremos una institución líder, debe recibir recursos. O dejaremos de ser líderes. Exigiré el dinero que le corresponde a la UB.
La Complutense de Madrid estudia abrir la puerta a la financiación privada.
Tenemos que explorar todas las vías pero este país no da para muchas posibilidades de patrocinio. Está claro que las empresas no deben intervenir en los planes de estudio aunque sí pueden explicar cuáles son sus necesidades de profesionales. Podemos pensar en algún máster concreto. Pero el modelo debe ser público.
¿Impulsará la metodología del aprendizaje? Cualquier innovación educativa no es necesariamente buena. Está bien servirnos de la tecnología pero enseñar con la tiza permite escuchar mejor la respiración del alumno.
Usted se mostró contrario a la continuidad del instituto de formación IL3, con irregularidades en el pasado. Se auditará lo que no debe intranquilizar a los trabajadores. Eso sí, abordaremos el sentido que tiene la formación docente complementaria en su conjunto. Y auditaremos las cuentas de la UB, no por desconfianza, sino para tener una fotografía externa.
¿Reconsiderará la fusión de facultades y departamentos? No, tirar atrás sería peor. Ahora bien, en Humanidades nos sentaremos con los decanos y hablaremos sobre el modelo.
¿La UB debe apoyar el proceso catalán impulsado por el Govern? Esta es una comunidad muy amplia y diversa, que acoge todas las sensibilidades, como la misma sociedad. En este sentido, la universidad es un foro natural para discutir serenamente sobre las diferentes posibilidades.
¿Puede avanzar el nombre de los vicerrectores que le van a acompañar estos cuatro años? Están en mi web. Todo mi equipo de campaña. Y me gustaría incorporar a personas de otras candidaturas.
¿Incluyendo los candidatos? No. Ellos no querrían y tampoco tiene mucho sentido.
“Es como el Barça; si queremos un campus líder en Europa, ha de recibir recursos” “Los alumnos expresan que no repetirían la experiencia en la UB; esto es muy grave”