Luis Enrique vende optimismo y busca control y posesión
“Yo duermo a pierna suelta, no te preocupes”, respondió Luis Enrique a un periodista japonés interesado en su estado de ánimo en vísperas del clásico. “Controlar las emociones es básico. Si no las controla el entrenador no puedo pedir que lo hagan mis jugadores. Voy a cenar con mi mujer esta noche y quizá con unos amigos”, añadió. El técnico quiere aparentar normalidad, restar dramatismo a un partido de urgencia para el Barça frente al que siempre califica como “el eterno rival”. “Estamos en la jornada 14. En caso de que ganara el Madrid se pondría a una distancia más que interesante (9 puntos) pero considero que no determinante”, argumentó, y reivindicó optimismo: “Hay muy buenos equipos en Europa y España, con muy buen nivel, pero ninguno es superior a nosotros. Para trabajar de esto, o eres optimista o mejor te tiras ventana abajo”.
De la misma manera que no cree que el resultado determine el desenlace del campeonato, Luis Enrique piensa que un triunfo blaugrana no servirá para desmantelar todas las dudas que crea el equipo: “Pretender que por ganar el clásico se apaguen las críticas sería muy ingenuo y muy inocente”. Se espera un Madrid como el del curso pasado, replegado y directo en las transiciones, al que piensa replicar controlando el juego, con posesiones largas y aprovechamiento de los espacios creados.
ANTONI LÓPEZ TOVAR
Luis Enrique
El Madrid no tiene ningún problema en dejar el balón al rival y nosotros lo queremos”