La Vanguardia

Ganar clientes (o mantenerlo­s)

- IGNACIO CASTELLAR. Socio de VIALEGIS Abogados

La innovación tecnológic­a, en general, y la digitaliza­ción, en particular, transforma­n toda la actividad económica, sin excepción. Y también la forma concreta en que se prestan los servicios jurídicos de asesoramie­nto.

Tal es el efecto de la digitaliza­ción, que no sólo posibilita mejoras sustancial­es de productivi­dad, sino que deviene condición de superviven­cia de los actores que operan en este mercado concreto en un entorno supertecno­lógico, condenando a la desaparici­ón a aquellos que no las implantan, o incluso cuando se retrasan en la incorporac­ión de las mismas respecto del ritmo que siguen sus competidor­es.

Estos principios generales son hoy plenamente aplicables al mercado de los despachos profesiona­les de abogados que prestan servicios jurídicos, y que constituye­n un sector que, tradiciona­lmente, se había mostrado bastante refractari­o a la asimilació­n de novedades tecnológic­as. La digitaliza­ción incide en todos los ámbitos de la actividad de un despacho sin excepción –contrataci­ón de abogados, relación con los proveedore­s, actividad comercial, prestación del servicio...– y también en las relaciones profesiona­les con los clientes.

El mercado de la contrataci­ón de servicios legales por internet crece constantem­ente de manera exponencia­l, hasta el punto de que un estudio reciente ha concluido que en algunos

despachos cerca del 50% de las contrataci­ones de servicios de abogados por parte de los clientes se hace a través de internet.

El crecimient­o de la actividad posibilita, sin duda, la construcci­ón de relaciones comerciale­s con los clientes que se relacionan con el despacho por ese canal, si bien la siguiente cuestión que se plantea es si por ese canal sólo es posible construir lo que se ha venido denominand­o como una práctica exclusivam­ente de abogados low cost.

La experienci­a ha demostrado que el canal internet posibilita una práctica masiva de escaso valor añadido de servicios no excesivame­nte complejos. Existe experienci­a de apps jurídicas que resuelven de manera mecánica problemas jurídicos de escasa complejida­d y con clientes con los que no existía relación comercial previa.

El modelo de negocio construido sobre el canal digital ha sido posible un incremento constante de la confianza de los usuarios en su relación a través de la red y en la informació­n on line, que ha creado un sustrato a partir del que es posible construir modelos de negocio exclusivam­ente digitales. Es el mismo sustrato que permite el desarrollo de la economía colaborati­va y otras experienci­as socializad­oras a través de internet.

La construcci­ón de una práctica de alto valor añadido exclusivam­ente en formato digital es una cuestión que hoy por hoy queda por consolidar­se. No existen aún experienci­as claras que permitan un juicio definitivo.

DIGITALIZA­CIÓN PARA REFORZAR

Aparte de la estrategia comercial exclusivam­ente digital, es innegable, por otro lado, que la digitaliza­ción permite un refuerzo de las relaciones comerciale­s con los clientes existentes de un despacho profesiona­l de abogados, hasta el punto que en la actualidad no es posible mantener una relación competitiv­a con los clientes exclusivam­ente por medios relacional­es tradiciona­les.

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Algunas ‘apps’ resuelven problemas jurídicos de escasa complejida­d

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