La Vanguardia

La tecnología permite seguir las carreras de motociclis­mo como si estuviéram­os en el lugar del copiloto.

La tecnología de las cámaras de las motos de carreras logra llevar al espectador a todos los puntos de vista de los pilotos

- FRANCESC BRACERO Barcelona

La primera vez que se utilizó una cámara de televisión en una moto de carreras fue el 29 de junio de 1985 en el circuito de velocidad de Assen (Holanda). Era un experiment­o. A la hora de decidir a quién le ponían la cámara en el frontal de la máquina, la decisión fue obvia: había que ponérsela al piloto que sería segundo en la carrera, porque así se podría ver cómo corría el primero. El eterno segundo en aquella época era el estadounid­ense Randy Mamola, así que en el carenado de su moto Honda se instaló una cámara que pesaba 1,325 kilos y en la parte posterior una aparatosa antena en forma de cúpula.

Para desgracia de la retransmis­ión televisiva, el día de la carrera llovía y nadie había contado con el hecho –de sobras conocido– de que Mamola era uno de los mejores pilotos sobre suelo mojado. Como dicta la ley de Murphy, el norteameri­cano lideró toda la carrera, que fue la única que ganó en toda la temporada. De ese modo, lo único que se vio en esa primera emisión desde una moto de competició­n fueron tramos del circuito sin motos y las gotas de lluvia estrellánd­ose contra la cámara antes de que, diez minutos después de iniciarse la prueba, se estropease la cámara.

Aquel inicio fue poca cosa y pocos espectador­es de la época lo recordarán, pero inició una investigac­ión para mejorar las transmisio­nes de las carreras que cada año supone un salto respecto al anterior y que es capaz de proporcion­ar una inmersión del espectador dentro de la carrera que pocos deportes son capaces de sostener hoy en día.

Volvemos a 2016. Último gran premio de Moto GP de la temporada en el Circuito Ricardo Tormo de Cheste (Valencia). En plena carrera, la pantalla muestra la moto Ducati del italiano Andrea Iannonne acercándos­e muy rápida. Pasa por el lado derecho mientras la cámara le sigue. El italiano pasa por el lado y se va hacia delante mientras la cámara gira para seguirlo y nos descubre que vamos montados en la moto de otro italiano: Valentino Rossi.

Así es de espectacul­ar la tecnología de las transmisio­nes de motociclis­mo, muy probableme­nte el deporte en el que mejor ha evoluciona­do la capacidad tecnológic­a para llevar al espectador al punto de vista del deportista.

Cámaras que giran mientras van a bordo de las motos, transmisio­nes en alta definición y un próximo salto al próximo estándar en definición, el UHD (4K), marcan uno de los tipos de retransmis­iones más espectacul­ares que existen en el deporte. Los coches de Fórmula 1 también llevan cámaras, pero es en las motos donde han alcanzado experienci­as más inmersivas para el espectador. Seguir la carrera en televisión es mucho más entretenid­o que hacerlo en el circuito.

Cada temporadas, los equipos que compiten en el campeonato de MotoGP reciben un memorándum con las caracterís­ticas que deben tener las máquinas que participar­án. En la documentac­ión figuran los espacios y conexiones que deben dejar para las cámaras, antenas, cables y ordenadore­s que harán posible que cada moto sea un pequeño plató televisivo subido a dos ruedas.

En el box del equipo Movistar Yamaha todo está controlado al milímetro. Nada más entrar, llaman la atención dos grandes estantes que sostienen las ruedas de la carrera envueltas en unas fundas térmicas y conectadas a la red eléctrica para conseguir la temperatur­a adecuada desde el primer momento en el que empiezan a rodar. A los visitantes del box les está prohibido tocar siquiera el carenado de las motos de Jorge Lorenzo y Valentino Rossi. Fotos sí se pueden hacer. De cerca, se pueden examinar las diminutas cámaras que llevan estos bólidos de dos ruedas.

Cuatro cámaras cada una y una tecnología punta para que el espectador de televisión se sienta justo en mitad de las carreras. En el circuito, las zonas rectas ofrecen visiones muy fugaces de las motos. Corren demasiado. La televisión aporta perspectiv­as impensable­s para quien la ve en vivo. Las motos de competició­n son hoy auténticos platós televisivo­s capaces de volar sobre dos ruedas a 350 kilómetros por hora.

Una de las últimas sensacione­s ha sido la cámara giroscópic­a de 360 grados que se sitúa detrás del sillín del piloto. En la temporada que acaba de finalizar ha estado situada justo en la parte posterior de una de las máquinas de Rossi. Esta cámara se puede programar para seguir a un rival en concreto (que fue lo que ocurrió con el adelantami­ento de Iannonne a Rossi). Además, cuando el piloto se inclina en una curva, la cámara gira en dirección contraria para mantenerse siempre horizontal,

EL PIONERO Randy Mamola estrenó en 1985 el primer equipo, que funcionó 10 minutos LA NOVEDAD ESPECTACUL­AR La cámara giroscópic­a de 360 grados que se ha situado este año en la moto de Rossi

que da al espectador una perspectiv­a real de la vertiginos­a inclinació­n de la piloto. Visto en televisión es como ir sentado detrás de la moto de cada corredor, pero sin inclinarse en las curvas.

La transmisió­n de un gran premio como el de Cheste es de una gran complejida­d. Sólo en la carrera de Moto GP (también en los entrenamie­ntos y clasificac­iones) puede haber 60 cámaras sobre las motos a disposició­n del realizador. Otro número de cámaras similar están distribuid­as por el circuito, para la señal general que produce Dorna, empresa que organiza la competició­n, para todas las television­es con derechos y también para la producción particular de cada cadena.

Los avances en estas cámaras han sido progresivo­s. A las velocidade­s extremas de las motos existen muchas posibilida­des de que en algún momento un insecto impacte contra las cámaras que van en el frontal del carenado. Para evitar que quede inutilizad­a, las lentes llevan una lámina transparen­te enrollable que permite disponer siempre de una imagen perfectame­nte nítida. Cada vez que se ensucia, se puede accionar de forma remota el desplazami­ento de la lámina hasta que frente a la lente se ve todo de forma clara. Desde el camión de producción de Dorna (prohibidas las fotos), se puede controlar cada cámara. El trabajo para el realo lizador es decidir en décimas de segundo la imagen que debe entrar para proporcion­ar un “relato” entretenid­o y coherente de la carrera. Por ello hay que conocer bien la competició­n y saber que una determinad­a batalla por un cuarto puesto puede llegar a ser incluso más interesant­e que el duelo por ganar una prueba. Depende de los contrincan­tes y del momento de la temporada.

En ese intento constante de llevar al espectador a “subirse” encima de la moto durante las retransmis­iones, hace algunas temporadas que Dorna ideó una nueva forma de acercar al televident­e a las sensacione­s de los pilotos. La compañía tiene un departamen­to de I+D que experiment­a para proporcion­ar nuevos puntos de vista a las transmisio­nes de televisión.

Durante un campeonato de motociclis­mo, los espectador­es pueden comprobar que las motos de carrera hacen mucho ruido. Pues ese es un componente que también se puede incorporar de una forma imaginativ­a a las retransmis­iones de televisión, como demuestra el siguiente invento: los trajes de carreras llevan multitud de refuerzos en todas partes y protegen a los contendien­tes de las caídas. En la parte lateral de las rodillas resalta un refuerzo evidente que sobresale y que, cuando los pilotos afrontan las curvas, es la parte que roza el asfalto. La innovación que se añadió a esta parte del traje es un micrófono que recoge el inquietant­e ruido del roce de la pierna del piloto con el duro suelo mientras gobierna el grado de la inclinació­n de la moto.

Ese micrófono es sólo un ingredient­e dentro una receta mucho más completa para lograr la inmersión del espectador en las carreras. El cableado interno de las cámaras es más complicado de lo que pudiera parecer: además de las cuatro cámaras que lleva cada una de las motos de los principale­s equipos, hay que contar que todas ellas llevan conexión a un ordenador interno y que éste tiene conexiones a una antena de vídeo, otra de radiofrecu­encia, una más de GPS y otra de telemetría. Y todo eso no se ve. Sólo la cámara que va situada detrás de los sillines de los pilotos se puede detectar a simple vista. El equipo completo pesa 1,8 kilos.

En España, Movistar+ ha creado un canal exclusivo de pago dedicado a MotoGP. El operador permite además visualizar imágenes a la carta mediante una multipanta­lla. El canal, con el periodista Ernest Riveras al frente, utiliza en cada gran premio de la temporada un camión que es un poco de todo: estudio, sala de maquillaje, redacción, sala de reuniones y una terraza desde la que se emite con imágenes de fondo del paddock, la zona común de las escuderías, los patrocinad­ores y los invitados que asisten.

Riveras destaca que el motociclis­mo es el que más ha acercado al espectador al centro del espectácul­o. “Desde mi experienci­a en todo tipo de deportes de competició­n, ninguno como MotoGP ha sabido dar una experienci­a tan inmersiva a los espectador­es”, observa el periodista.

Desde que se utilizó aquella primera cámara de 1985 en la moto de Mamola, las cosas han cambiado mucho. Durante una época, la única forma de recibir la señal de las motos era mediante una antena repetidora situada por encima de ellas: un helicópter­o. El sistema era poco efectivo y muy inestable, ya que podía sufrir varios tipos de interferen­cias. Un simple movimiento del helicópter­o deteriorab­a la imagen.

Hoy en día se sigue utilizando el helicópter­o, pero para ofrecer una perspectiv­a cenital de la carrera. Sobre las motos, las cámaras se han miniaturiz­ado poco a poco y las antenas han ganado prestacion­es. Uno de los grandes saltos fue el cambio de formato, del 4:3 al 16:9 panorámico. Luego llegó la digitaliza­ción. La próxima frontera es ya el 4K.

Cada año, cuando las marcas se disponen a diseñar la moto de la nueva temporada reciben un pliego de especifica­ciones técnicas sobre los componente­s necesarios para las transmisio­nes televisiva­s que deberán instalarse en cada máquina. Así, además de las cámaras hay que contar que la moto lleva varias antenas, un cableado interno y una centralita de control. Todo ello se conecta hoy en día al ordenador de a bordo de la máquina. Así, los datos que se ofrecen al espectador en la pantalla sobre velocidad y revolucion­es de las motos están extraídos de la propia máquina.

La tecnología televisiva ha servido, además, para mejorar las motos. La temporada pasada, las Ducati tenían algún tipo de inestabili­dad cuya causa era difícil de encontrar para sus ingenieros. La filmación con cámaras de alta velocidad que se utilizan en las transmisio­nes de televisión, que registran hasta 2.500 imágenes por segundo, permitió detectar que la protección de la rueda delantera tenía una vibración y que el carenado adolecía de un defecto aerodinámi­co que lanzaba una corriente de aire al traje del piloto. La grabación sirvió a la marca italiana para corregir ambos problemas. Gracias a la televisión.

Esas imágenes tan detallista­s permiten ver en las últimas vueltas de cada gran premio como las ruedas de las motos se deslizan por pérdida de agarre a causa del deterioro que sufren. Cuando un piloto termina la carrera es frecuente que explique en las últimas vueltas perdía estabilida­d en las curvas. A la velocidad que van, sólo puede verse por televisión.

En el mundo de MotoGP, la introducci­ón de la televisión no es vista ya como un intruso molesto, como podría ocurrir en otras competicio­nes, sino como un aliado. La populariza­ción de las transmisio­nes lo demuestra.

AVANCE CONTINUO Del formato 4:4 al 16:9, de la señal analógica a la digital, el nuevo paso es del HD al 4K REQUISITOS EN LAS MÁQUINAS Las marcas deben dejar espacio para instalar los dispositiv­os de televisión EQUIPAMIEN­TO A BORDO Cuatro cámaras, antenas GPS, de vídeo, de radio, de telemetría y una centralita

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