La pasión por el agua de Alexandra Costeau, nieta del famoso oceanógrafo
La nieta del oceanógrafo, apasionada por el agua, lucha contra el cambio climático
Alexandra Cousteau (Los Angeles, 1976) recuerda a su abuelo, el oceanógrafo Jacques-Yves Cousteau que popularizó los documentales submarinos, como “una persona ambiciosa que luchaba por lo que creía” y que en cierta manera “cambió el mundo en el sentido del conocimiento que tenemos sobre los océanos y de la necesidad de cuidarlos”. Alexandra ha heredado esa pasión acuática y asegura que el apellido Costeau le abre puertas aunque al mismo tiempo le exige responsabilidad.
La exploradora, activista ambiental y embajadora de National Geographic, ha visitado esta semana Madrid para presentar la segunda temporada de la premiada serie documental Los años que vivimos
peligrosamente, que se emite los jueves en National Geographic Channel con el patrocinio de Acciona. Producida por James Cameron y Arnold Schwarzenegger, la producción busca concienciar a la población sobre el cambio climático de la mano de periodistas y actores de Hollywood como Sigourney Weaver, Don Cheadle, America Ferrera, Thomas Friedman, Joshua Jackson y David Letterman, entre otros.
Alexandra, que aprendió a bucear de pequeña, lleva muchos años defendiendo los recursos hídricos en todo el mundo: “Habitamos un planeta de agua y, si no protegemos y gestionamos este recurso, el futuro será muy distinto a como lo imaginamos hoy en día”. La situación en que se encuentran estos recursos en algunas zonas del planeta es muy alarmante porque “el agua es el vehículo a través del cual nos afecta el cambio climático ya sea en forma de sequías, tormentas, inundaciones o subidas del mar. Y el
La embajadora de National Geographic presenta en Madrid la serie ‘Los años que vivimos peligrosamente’
agua es fundamental para nuestra vida”, alerta.
La deforestación, la crisis energética solar, las migraciones producidas por el clima, las sequías, los grandes huracanes y la veloz extinción de la naturaleza en el planeta son algunos de los efectos de ese cambio climático. ¿Se puede hacer algo a nivel individual? “Hay un papel para todos, para los políticos y para la industria, aunque el verdadero cambio depende esencialmente de todos nosotros, los consumidores, que podemos decidir si conducimos un coche normal, un híbrido o un eléctrico, o si compramos comida de producción industrial u orgánica”.
Para Costeau es importante cambiar hábitos y costumbres porque esas pequeñas decisiones tienen un impacto enorme. “Además, tarde o temprano deberemos asumir estos cambios. Ahora estamos a tiempo de decidir si queremos que sea un cambio controlado o que simplemente nos acabe pasando por encima”. Por ese motivo, considera fundamental que las personas entiendan, cuanto antes mejor, “hasta qué punto es fundamental tomar medidas ahora e invertir en aspectos como el consumo local y racional o en la sostenibilidad”.
En ese sentido, la nieta de Costeau define la serie documental Los años que vivimos peligrosamente
como “impactante, sorprendente, alarmante y un puñetazo en toda la cara que provocará que el espectador se sienta involucrado de alguna manera y que servirá de inspiración para muchos”. Y ahí es donde reclama la vigencia del legado de su abuelo, “que tenía esa claridad de visión y esa admirable condición de luchar por aquello en lo que creemos”. La divulgadora piensa que si su abuelo viera la situación real del planeta hoy en día “no entendería como hemos tardado más de veinte años en intentar hacer algo al respecto”. “La destrucción de los arrecifes de coral –recuerda– ya ocurría en los años noventa”.
La clave puede estar en concienciar a aquellas personas bien intencionadas y con valores positivos “pero que en su vida diaria, a la hora de consumir un producto o elegir una energía, ejercen un impacto negativo sobre el planeta. Tenemos que aunar nuestros valores con nuestros comportamientos. Es la única forma de evitar los efectos del cambio climático y poder dejar un legado digno a nuestros hijos”.