El pianista contra Fischer
MARK TAIMÁNOV (1926-2016) Ajedrecista y músico soviético-ruso
En los años 30, Mark Taimánov era un niño de Leningrado con mucho talento al que sus profesores parecían haber trazado el camino hacia el futuro: la música y, por el camino, el cine. Estudiaba piano en San Petersburgo, cuando a los diez años fue seleccionado como actor para un film infantil.
El pequeño se convirtió en el protagonista de Concierto de
Beethoven (1937). El film ganó un premio en París y llegó a estrenarse hasta en Broadway. Así que Taimánov, que tuvo que aprender a tocar el violín expresamente para la película, se convirtió en una pequeña estrella.
Pero de repente, su camino dio una pequeña curva que le llevó al ajedrez. En esa época, se inauguró el Palacio de los Jóvenes Pioneros de Leningrado, donde los niños con más talento podían realizar materias optativas, deportivas o culturales, después del colegio. Cuando el director le preguntó qué quería hacer, “una voz dentro me dijo: ajedrez”, recordaba Taimánov.
Uno de sus primeros profesores fue la gran leyenda del ajedrez soviético, Mijaíl Botvínnik, que en 1948 se convertiría en campeón del mundo.
Taimánov compaginó dos carreras profesionales. Como pianista formó con su primera mujer, Liubov Bruk, uno de los mejores dúos de su tiempo. Como ajedrecista, logró la máxima distinción de este deporte, el título de Gran Maestro, en 1952, ganó el competitivo campeonato soviético en una ocasión y dos veces fue aspirante al campeonato mundial. Como titulaba la prensa rusa, Taimánov era “el último mohicano” de la primera generación de la gran escuela soviética de ajedrez.
Nació en 1926 en Járkov (actual Ucrania), pero su familia se trasladó a Leningrado cuando tenía sólo seis meses. En 1941, cuando la Alemania nazi invadió la URSS, ya era el mejor ajedrecista juvenil de la ciudad.
En el conservatorio conoció a Bruk. Se casaron y formaron un dúo a piano que alcanzó el éxito, dentro y fuera de la URSS. En 1998 Philips Records incluyó algunas grabaciones en la serie Grandes pianistas del siglo XX.
En la década de los 50 también empezó a brillar como un consumado ajedrecista. Se clasificó para el Torneo de Candidatos de 1953, que se celebró en Zúrich y que está considerado uno de los más fuertes de la historia. Estaban los quince mejores ajedrecistas del planeta, incluidos dos futuros campeones del mundo soviéticos, Vasili Smyslov y Tigrán Petrosián, así como el excampeón del mundo holandés Max Euwe. La victoria fue para Smyslov, mientras que Taimánov quedó en mitad de la clasificación. La historia de esa competición está recogida en un libro de referencia, Ajedrez de
torneo, escrito por otro participante, David Bronstein, que fue segundo.
Taimánov se clasificó otra vez para el torneo en 1971. Pero en los cuartos de final se tenía que enfrentar a Bobby Fischer, el fantástico ajedrecista estadounidense que entonces estaba en la cúspide de su carrera. Taimánov perdió con un contundente 6-0 en un match planeado al mejor de diez partidas.
No haber logrado ni unas tablas tuvo consecuencias para el soviético. “Este dramático match convirtió mi vida en un infierno”, dijo Taimánov en el 2002 en una entrevista en la web Chessbase.com. Las autoridades soviéticas le castigaron: le prohibieron viajar más al extranjero, le apartaron y le rebajaron su salario.
Luego no les quedó más remedio que darse cuenta de que el responsable de aquella humillante derrota no fue otro que Fischer. En las semifinales, el americano barrió del tablero al gran maestro danés Bent Larsen con el mismo resultado: 6-0, y Moscú levantó alguno de los castigos a Taimánov. En la final los soviéticos esperaban una revancha, ya que Fischer se enfrentaba a otro de sus grandes maestros, Tigrán Petrosián, campeón del mundo de 1963 a 1969. Pero también mordió el polvo con otro resultado abrumador, 6,5-2,5. Para remachar la hazaña, Fischer se convirtió en campeón del mundo en 1972 al derrotar en Reikiavik (Islandia) al también soviético Borís Spasski en un legendario capítulo de la guerra fría.
En cierto modo, el americano también logró que el castigo de Taimánov durase sólo dos años. Pero este virtuoso del piano y del ajedrez no perdió el buen humor. “Siempre me quedará la música”, le dijo a Fischer tras aquella derrota total.
Taimánov falleció el 28 de noviembre en San Petersburgo a los 90 años. En reconocimiento a su contribución a la teoría del ajedrez, dos de las principales aperturas (inicio de partida), la “defensa Siciliana” y la “defensa Benoni Moderna”, tienen una variante con su nombre.