La Vanguardia

Un millar de cráneos

- MARÍA-PAZ LÓPEZ Berlín. Correspons­al

El pasado colonial de Alemania en África, con su historia de explotació­n, ignominia y muerte similar a la de otras potencias europeas en ese continente, contiene muchas heridas sin cicatrizar. Un millar de cráneos de africanos, llevados a Berlín desde la entonces colonia de África Oriental Alemana (DeutschOst­afrika) para “investigac­iones científica­s”, se encuentran aún en el almacén central de la Fundación Patrimonio Cultural Prusiano (SPK, por sus siglas en alemán) a la espera de un destino digno, según recordó un documental de la cadena pública ARD en noviembre.

La SPK, fundación encargada de gestionar los museos estatales de Berlín –entre ellos los de la famosa Isla de los Museos–, tiene en depósito 1.003 cráneos procedente­s de Ruanda y 60 de Tanzania, entonces parte de su imperio colonial. Según la ARD, diez de los cráneos tanzanos son infantiles. Desde 1885 hasta 1918 Alemania controló los territorio­s de Camerún, Togo y Namibia, en el oeste del continente, así como partes de Tanzania y Kenia, en el este. A ese último sector añadió a partir de 1890 las limítrofes Ruanda y Burundi.

Los expertos creen que los cráneos podrían ser de africanos que se levantaron contra los ocupantes –entre 1905 y 1907, una coalición de tribus se rebeló en Deutsch-Ostafrika– y que fueron ejecutados por las tropas alemanas, tras lo cual sus cabezas fueron enviadas a Berlín para “investigac­iones científica­s”. El embajador de Ruanda en Berlín, Igor Cesar, pidió la repatriaci­ón de los cráneos. También la ministra alemana de Cooperació­n Económica y Desarrollo, la socialdemó­crata Heidemarie Wieczorek-Zeul, abogó por el regreso de los restos. “Se precisa un encargo concreto a las universida­des e institucio­nes implicadas para la devolución de esos huesos a sus respectivo­s países de un modo digno”, dijo.

Hermann Parzinger, presidente de la SPK, afirmó que la fundación “claramente no desea tener esos restos en sus coleccione­s, y no alberga el menor problema en devolverlo­s”, pero argumentó que para hacerlo se necesita un estudio pormenoriz­ado que cruce las listas de restos con los registros de población de la época.

La SPK custodia desde 2011 la Colección Luschan, de la que forman parte los huesos citados, y otros 4.600 cráneos de varias procedenci­as, todos ellos reunidos por el antropólog­o Felix von Luschan entre 1885 y 1920. Antes se hallaban en un depósito del Museo de Historia de la Medicina del hospital berlinés de la Charité. “Estaban en muy mal estado, y en el almacén central de los Museos Estatales de Berlín se han limpiado y conservado desde entonces; ya en los años 2014 y 2015 informamos de cómo avanzaba su gestión”, afirmó la SPK en una nota. (Cabe señalar que Felix von Luschan, austriaco afincado en Alemania, criticó las tesis racistas de científico­s coetáneos, y sostuvo que el concepto de raza carecía de significad­o, aunque también se sintió atraído por la eugenesia y el darwinismo social.)

En los últimos cinco años, Alemania ha devuelto restos humanos que se conservaba­n en institucio­nes a Australia, Paraguay y Namibia. En el caso de este último país se trató de 20 cráneos, también atribuidos a insurgente­s ejecutados, que hasta 2008 se hallaban en la Charité y en la Universida­d de Friburgo, y que fueron devueltos en 2011.

Pueblos nativos de Namibia reclaman hace tiempo al Gobierno alemán el pago de reparacion­es por crímenes de la época colonial. En 1905, los alemanes mataron –o dejaron morir de sed– a unas cien mil personas de las tribus Herero y Nama. Alemania rechaza pagar reparacion­es argumentan­do que los cientos de millones de euros que ha destinado a ayuda al desarrollo en Namibia desde que este país se independiz­ó de Sudáfrica en 1990, ya han beneficiad­o a esa sociedad. Sin embargo, líderes locales de los Herero y los Nama señalaron que ese dinero nunca benefició a esas etnias, que son minoría en el país.

Al ser derrotada en la Primera Guerra Mundial, Alemania perdió su imperio colonial, que tampoco era muy extenso, pues no empezó a amasarlo hasta después de su propia etapa de unificació­n como país, liderada por el canciller Otto von Bismarck. Francia y Reino Unido se repartiero­n esos territorio­s, y en tales países no ha quedado apenas huella cultural germana.

La fundación SPK devolverá las cabezas a Tanzania y Ruanda cuando se verifique el origen Una institució­n cultural de Berlín conserva restos humanos de africanos de la época colonial de Alemania

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THREE LIONS / GETTY África. Alemanes enrolando a africanos en 1914 en Togo, entonces parte de su imperio colonial. Abajo, un cráneo delos custodiado­s en Berlín
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