Rescoldos de Sánchez
El depuesto líder del PSOE protagonizará un nuevo acto el sábado en Asturias para intentar mantener viva la llama de la rebelión
Más allá de los deseos de algunos, la realidad es otra”, zanja un dirigente todavía fiel al depuesto Pedro Sánchez. Y la realidad, a su juicio, es que “existe un sentimiento y un movimiento importante de cambio en la militancia y el electorado del PSOE”. Un sentimiento de indignación después de que se haya apartado al líder del PSOE para investir al líder del Partido Popular como presidente del Gobierno, en un acuerdo que además, como denunció ayer la crítica Margarita Robles, temen que lleve “implícita la aprobación del techo de gasto y probablemente los presupuestos”. “Existe un desgarro emocional, por haber quebrado la oposición al adversario. Siempre hemos sido la alternativa, y con el ‘no es no’ de Pedro nos habíamos sacudido el sambenito de que PP y PSOE son lo mismo, que ahora vuelve con fuerza”, lamenta otro afín.
“Pedro capitaliza ese sentimiento y encarna esa representación, más allá de lo que es él”, apunta un dirigente provincial del PSOE que le ayuda a articular una gira por España para mantener viva su llama. Tras los actos de reaparición que celebró en Xirivella y Sueca (Valencia) el 26 de noviembre, Sánchez protagonizará una nueva cita con la militancia en el pequeño núcleo urbano asturiano de El Entrego, el próximo sábado. Pero todo se improvisa: “No hay equipo, ni organización, ni coordinación, ni calendario”, admiten los suyos.
Los críticos que arrimaron el hombro para tumbarle aseguran que apenas cuenta con respaldos en las estructuras del PSOE. “Sus apoyos ya quedaron claros en Xirivella, al no poder contar con ningún dirigente de referencia”, desdeñan. Aquel día, ante un millar de simpatizantes, le arroparon el líder provincial de Valencia, José Luis Ábalos, el diputado vasco Odón Elorza, el miembro de Izquierda Socialista José Antonio Pérez Tapias –que le disputó el liderazgo en las primarias del 2014– y varias diputadas rebeldes como la balear Sofía Hernanz, la madrileña Zaida Cantera y la palentina María Luz Martínez Seijo. Después de que el líder del PSC, Miquel Iceta, pusiera tierra de por medio, los críticos de Sánchez aseguran que también la presidenta de Baleares, Francina Armengol, toma sus distancias, mientras que quien fuera su número dos en Ferraz y líder de La Rioja, César Luena, estaría ya en otras coordenadas. Así, los enemigos de Sánchez en el PSOE –casi todos los presidentes autonómicos y veteranos de referencia–, piensan que apenas le queda el respaldo de los líderes de Madrid y Castilla y León, Sara Hernández y Luis Tudanca, o la presidenta de la gestora de Galicia, Pilar Cancela.
Los fieles, no obstante, replican que Sánchez aún cuenta con lo más importante: “La fuerza de la militancia, que no es poca cosa. Y quien dice militancia, dice electorado”. Añaden, además, que sigue teniendo a muchos alcaldes de su parte, y citan al de Dos Hermanas, Francisco Toscano; al de Valladolid, Óscar Puente, o al de Alicante, Gabriel Echávarri. Pero en lo que muchos están de acuerdo, fieles o críticos, es en que, en realidad, existen más antisusanistas –en referencia a la presidenta andaluza, Susana Díaz– que pedristas. La líder andaluza, según critican, ha puesto en marcha la “máquina militar” de su federación, y es un modelo que temen que quiera implantar en todo el partido. Algo que, aseguran, está encontrando muchas resistencias más allá de Despeñaperros. “Susana no hace prisioneros, no admite criterios distintos al suyo. Pero la militancia demanda otro modelo de partido, más abierto y flexible, más integrador”, dicen. Algunos dirigentes piensan que ese es el papel que trata de representar Pedro Sánchez –“no está tanto en ser él el próximo secretario general como en que no lo sea Susana”–, aunque muchos piensan que ya no podrá volver a liderar el PSOE. Pero tampoco encuentran, por ahora, otra alternativa: “¿Quién le pone nombre al antisusanismo?”, se preguntan.
“Pedro no está tanto en ser él el próximo secretario general como en que no lo sea Susana”, dice un afín