La Vanguardia

Barcelona no sabe qué hacer con la Guardia Urbana a caballo

El Ayuntamien­to siembra de incertidum­bre el futuro de la unidad montada de la policía local

- MAYKA NAVARRO Barcelona

Ahora elimino la banda de música, ahora anuncio que la vuelvo a poner… Aprovecho el desconcier­to y anuncio en un comunicado que la Unidad Montada de la Guardia Urbana “reforzará sus actividade­s vinculadas con el patrullaje en el ámbito forestal y los barrios de montaña”, pero sin tener en cuenta siquiera que la sede de la unidad está junto al mar y que hay un largo camino hasta las montañas de Collserola y Montjuïc que los caballos no pueden recorrer a galope por la avenida de la Diagonal. ¿Sabe realmente el Ayuntamien­to de Barcelona cuál debe de ser el futuro de la Unidad Montada de la Guardia Urbana, su medio centenar de policías y sus 31 caballos?. No, definitiva­mente, no lo sabe. Una cosa sí saben, que no hay intención política de disolverla. Pero, cuidado, hace dos años que no se adquieren animales y una decena de ejemplares ya supera de largo la edad para continuar de servicio en la calle. A este paso, el inmovilism­o acarreará la inevitable desaparici­ón de la montada.

Como el resto de unidades de la Guardia Urbana, toda la organizaci­ón policial se encuentra inmersa en un proceso interno de transforma­ción. Los cambios se han plasmado con brocha gorda en el plan director de la policía municipal, que debe asentar las bases de la que ha de ser la nueva Guardia Urbana de los próximos años.

Se ha escrito mucho de lo que el actual equipo de gobierno haría con la Unidad de Soporte Policial (USP), a los que algunos conocen todavía como los antidistur­bios. Ada Colau prometió en campaña que los eliminaría y, con el tiempo, y segurament­e el roce y un mejor conocimien­to de su actividad, la alcaldesa ha acabado entendiend­o que tiene razón el comisionad­o de Seguridad, Amadeu Recasens, cuando defiende el mantenimie­nto de la unidad. Con otro nombre, con otro uniforme, con otro responsabl­e al mando, pero con unas funciones adecuadas a la nueva estructura, pero necesarias en una ciudad de 1,6 millones de habitantes y más de 30 millones de visitantes al año.

Mientras ese debate sobre los guardias urbanos de la USP ha quedado diluido, de pronto irrumpe otro sobre el futuro de la Unidad Montada. Curioso si se tiene en cuenta que este es un departamen­to tan autónomo del resto de la policía municipal que no hace mucho, cuando uno de los actuales responsabl­es políticos llegó al Consistori­o y preguntó qué hacía exactament­e la montada, nadie de la cúpula policial supo qué responderl­e.

Durante los últimos años la Unidad Montada de la Guardia Urbana ha sufrido, segurament­e en mayor medida que el resto de departamen­tos, la falta de liderazgo policial que sigue habiendo en el

La banda de música de la policía municipal se eliminó y se recuperó en una misma semana La compra de caballos está parada y hace dos años que no llegan nuevos ejemplares

seno de la organizaci­ón. Detalla bien la situación un mando. Abandonada y dejada de la mano de la cúpula, en la Unidad Montada se acabó gestando un ambiente cerrado, endogámico y viciado que incluso desembocó en denuncias por acoso laboral entre mandos y hasta alguna por maltrato a los caballos.

Al llegar, Recasens ordenó dos informes. Uno a Asuntos Internos que ya ha finalizado y que no contempla situacione­s de acoso laboral. Y otro a recursos humanos sobre qué labores hace la unidad policial a caballo.

Existe a día de hoy un absoluto desconocim­iento de las funciones de la Unidad Montada y, muy especialme­nte, del trabajo que implica tener unos caballos capaces de salir a la calle y permitir, por ejemplo, que una madre se acerque con su hija hasta el animal y que este reaccione dócilmente. Otro debate distinto que quizás se debería acometer con seriedad es decidir si se quiere o no mantener a esos caballos policiales. Representa­n, aproximada­mente, unos tres millones de euros de los más de 150 del total de la policía local. Y decidir si esa presencia, con uniforme azul de faena, o con las casacas rojas y plumas de gala en los actos protocolar­ios, sigue significan­do un elemento de representa­ción de la ciudad.

Una buena prueba de la ignorancia con la que se ha tratado el asunto es la reciente polémica generada sobre la permanenci­a o no de la banda de música. Hace dos semanas, el intendente jefe de la Guardia Urbana, Evelio Vázquez, se presentó en las dependenci­as de la Unidad Montada en la calle de Wellington, junto al Zoo de Barcelona. Tenía que hacer un anuncio. “La banda de música desaparece”, les comunicó. “Pero, ¿por qué?”, preguntaro­n los guardias que la integran. El intendente les contó que los ensayos de los instrument­os ocupaban demasiadas horas de la jornada pero les prometió una inyección de cariño, porque el dinero no abunda, y nuevos proyectos para potenciar el protagonis­mo de la unidad. La reunión coincidió con la reciente incorporac­ión del nuevo responsabl­e de la montada, el inspector Àngel Sagués, que sustituyó al intendente Salvador Pallarés, un mando particular con escaso don de gentes con la tropa pero que había logrado la superviven­cia de la unidad.

Nadie de los que tuvieron la idea de desmontar precipitad­amente la banda de música cayó en la cuenta de que los policías están en estas fechas en plenos ensayos de dos de los actos más importante­s en los que participan: la cabalgata de los Reyes Magos y la visita a los enfermos del Cottolengo. Algunos de los presentes en el encuentro recordaron a Evelio Vázquez que la Unidad Montada ya se había comprometi­do en estas dos actividade­s y plantearon que quizás era mejor participar y debatir después sobre el futuro de la banda, teniendo en cuenta que no volverían a actuar hasta los Tres Tombs, a finales de enero.

Pero había prisa por eliminar la banda y, como argumento para su disolución, se explicó que los guardias invertían demasiadas horas en los ensayos de los instrument­os, desatendie­ndo así sus tareas de servicio policial. “Los guardias urbanos que están en la banda pueden colgar los instrument­os, pero lo que no pueden es bajarse del caballo. Algunos quizás no han entendido todavía que ese instrument­o se toca encima de un animal. Es decir, que esos guardias no tocarán la trompeta, pero deberán seguir en la montada”, advierte un mando policial.

Como parche de urgencia, el Ayuntamien­to anunció el miércoles pasado que mantendrá la banda de música, pero con una condición: que ensaye fuera del horario laboral y que no actúe fuera de Barcelona. La pregunta que se hacen algunos miembros de la Unidad Montada, a los que por cierto, a día de hoy nadie les ha preguntado, es qué pasará con el carrusel de la Unidad Montada. La prohibició­n de actuar en el extranjero incluye a la montada y, de hecho, recienteme­nte se vetó un viaje a Londres para hacer una exhibición. Los carruseles de la Unidad Montada de la Guardia Urbana siguen teniendo un gran prestigio internacio­nal. Que se mantengan o no, no hay que tardar en decidirlo.

La banda ensayará fuera del horario laboral y ya no viajará

El jefe de policía reunió a los agentes para anunciar la disolución del grupo musical

La prohibició­n de ir al extranjero afecta a la montada, que ya no irá a más exhibicion­es

 ?? LAURA GUERRERO ?? Presencia imponente. Un agente de la Guardia Urbana desfila por la Via Laietana el pasado octubre, con motivo de un congreso de mujeres policías en Barcelona
LAURA GUERRERO Presencia imponente. Un agente de la Guardia Urbana desfila por la Via Laietana el pasado octubre, con motivo de un congreso de mujeres policías en Barcelona
 ?? CARLOS PEREZ DE ROZAS ?? Exhibición multitudin­aria de la Unidad Montada de la Guardia Urbana en la plaza de toros de las Arenas, en 1967
CARLOS PEREZ DE ROZAS Exhibición multitudin­aria de la Unidad Montada de la Guardia Urbana en la plaza de toros de las Arenas, en 1967
 ?? MARC ARIAS ?? Dos guardias urbanos de la montada con uniforme de faena
MARC ARIAS Dos guardias urbanos de la montada con uniforme de faena

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