La Vanguardia

El Madrid rinde culto al temple de Modric

- CARLOS NOVO

Pocas veces el Madrid fue tan dependient­e de Luka Modric como el sábado en el clásico del Camp Nou. El croata no sólo fue el alma de los blancos, el jugador que marcó el tempo de su equipo y por el que pasó todo el juego del conjunto. Mucho más allá del saque de falta en el empate en el minuto 89, el análisis de la estadístic­a individual refleja la importanci­a de Modric para los de Zidane. El croata dio 62 pases, 59 de ellos buenos, lo que refleja una efectivida­d del 95,2%, 36 en campo contrario. Recuperó ocho balones, seis en la primera parte, cometió cuatro faltas y recibió dos. El mayor elogio lo recibió del propio Zidane: “Sabemos qué tipo de jugador es”.

Nacido en Zadar en septiembre de 1985, Modric fue una de las últimas exigencias de Mourinho, que convenció a Florentino Pérez en el verano del 2012 para que pagara los 30 millones que exigía el Tottenham para dejar salir a un jugador que se había declarado en rebeldía. Renovado este 18 de octubre hasta el 2020, escaso de carrocería (65 kilos de peso para 1,74 metros), Modric es un temperamen­to discreto en un vestuario sobrado de egos.

Las estadístic­as reflejan campaña tras campaña que hay un Madrid con Modric y otro sin él. El jugador fue operado de la rodilla izquierda el 2 de octubre tras una colisión contra Pape Diop el 18 de septiembre frente al Espanyol. Reapareció un mes después, ante el Leganés, recibido con una ovación de gala por el Santiago Bernabeu en partido matinal. Ya no perdería la titularida­d, y menos

MOTOR Y ALMA DEL EQUIPO

tras la lesión del alemán Toni Kroos ese mismo día.

Titular en siete de los ocho partidos de Liga que ha disputado (se perdió seis por la lesión), así como en tres de la Champions, Modric acumula 790 minutos entre las dos competicio­nes. Ha dado 577 pases y ha recuperado 67 balones. Ha marcado sólo un gol y ese es su punto débil. Le cuesta chutar a puerta (lleva 13 goles en la Liga en sus cinco campañas de blanco) por más que Zidane le pide constantem­ente que lo haga y cuenta en su haber con algunos goles imborrable­s para el madridismo, todos desde fuera del área, el más recordado el que marcó en Old Trafford al United.

La sintonía entre Modric y Ramos viene de lejos. El de Camas bromeó con el croata acabado el clásico: “Me la ha puesto bien, para variar”, comentó. “Me dijo donde ponerla, la puse y él marcó. Parece fácil. No es la primera vez que hacemos un gol así”, rió el centrocamp­ista croata.

El croata dio 62 pases en el Camp Nou con una efectivida­d del 95,2%, 36 de ellos en campo contrario

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