“Dejad de culpar a las víctimas”
El incendio de Oakland, con al menos 36 muertos, destapa el grave problema de los jóvenes para acceder a una vivienda
Murieron abrazados. A los miembros de los equipos de rescate les ha impresionado ver cómo “unos protegían a otros” del fuego.
El sargento Ray Kelly, portavoz policial del condado californiano de Alameda, compareció una vez más para actualizar las cifras de la tragedia. El resultado fatal seguía ayer en 36 fallecidos en el incendio de El barco fantasma, nombre del viejo almacén de Oakland reconvertido en estudio y residencia para artistas. El pasado viernes convocaron fiesta. Música y baile. Había unos 50 asistentes. Acabó en uno de los mayores siniestros de este tipo registrados en la bahía de San Francisco e, incluso, en Estados Unidos.
Las víctimas ya están prácticamente identificadas. Se sitúan entre los 17 años y los treinta y algo.
“Vamos a morir” o un simple “te quiero”. Son un par de textos que figuran entre los mensajes que los atrapados en el infierno aún tuvieron tiempo de enviar, conscientes de que el inmueble, sin extintores ni salidas de emergencia, era una trampa mortal.
A pesar de que este martes se había revisado casi todo el inmueble (85%), no se descartaba que aparecieran más cadáveres.
Aunque los investigadores creen que las llamas se declararon en la parte trasera, Melinda Dayton, jefe de batallón del cuerpo de bomberos, mostró dudas sobre la causa. ¿Un cortocircuito, pirotecnia, una vela o una colilla?
Nancy O’Malley, fiscal del distrito, insistió en que han abierto una investigación criminal. A falta de posteriores determinaciones, O’Malley hizo referencia a un posible delito de homicidio involuntario. “Debemos una respuesta a la comunidad, a los que han fallecido, a sus familias y a los sobrevivientes”, destacó. La acusadora pública no apuntó a nadie. El propietario del edificio responde por Chor Ng, que no se había dejado oír.
Lo tenía alquilado a Derick Ion Almena, el fundador de esta colonia de creadores, a los que les facilitó estudios y a los que permitió que residieran allá ilegalmente. Almena, que se halla en el punto de mira de las pesquisas, ha aparecido suplicando perdón y casi pidiendo disculpas por no ser uno de la lista de fallecidos.
Detrás de la gestión de su inmueble había denuncias y quejas por Sin determinar aún la causa del fuego, la nave reconvertida en residencia contaba con diversas denuncias falta de seguridad. No parece que las autoridades se lo tomaran muy en serio. Sabían lo que sucedía, pero no accedieron a su interior, según han reconocido.
Esta pasada noche del lunes (mañana de ayer en Barcelona), a la alcaldesa de la ciudad, Libby Schaaf, la abuchearon cuando llegó para asistir a la vigilia organizada cerca de lugar de los hechos, en el barrio de Fruitvale.
Los congregados pidieron su dimisión y le gritaron: “Dejad de culpar a las víctimas”. En lugar de centrarse en la ilegalidad de los residentes, le reclamaron pensar por qué la gente vive en bloques fantasma y no en los inaccesibles apartamentos de la exitosa bahía del boom tecnológico.