Tres disculpas
Lejos de hundirse por la falta naif que hizo y que costó el empate del Madrid, Arda se levantó y goleó
Los seis fichajes del Barcelona y los dos refuerzos de la temporada pasada fueron titulares en la Champions. Y los 173 millones gastados en dos veranos quisieron reivindicarse, decir aquí estoy yo, porque muchos de ellos lo necesitaban. Sobre todo lo aprovechó Arda Turan, que pasó de ser el villano del clásico a marcar su primer hat-trick de blaugrana. Todos tuvieron su gloria. ¿Todos? No. Todos menos uno.
Cillessen aprendió a ganar y a dejar la portería a cero con el Barcelona. Umtiti salvó un gol cuando Hahn se plantó solo en el área. Digne apenas sufrió con Hazard (el hermano) y colocó un buen centro que Messi remató en plancha. André Gomes jugó ayer como mediocentro y distribuyó el juego con agilidad. Denis Suárez debutó en la Champions y fue el más atrevido, intentando pases de talón, caños y croquetas. Y hasta Luis Enrique aplaudió a Aleix Vidal.
Sucedió cuando el lateral de Puigpelat se midió en una carrera con Schulz. El alemán tenía ventaja pero Aleix le recortó la distancia y le arrebató el balón en el área antes de que chutase y hasta evitó que la jugada acabase en córner. Viendo el esfuerzo de Vidal, el técnico salió del banquillo para reconocerle el trabajo, como hizo todo el Camp Nou.
Pero el que de verdad se redimió fue Arda Turan, que estuvo en los cuatro goles de la noche. El turco sirvió el primer gol a Messi y marcó los tres siguientes. Denis le dio una asistencia, Aleix otra y Alcácer, la última.
Un error en el clásico puede ser fatal. Señala a un jugador. Lo marca. Arda cometió una falta naif a Marcelo en el minuto 90, con el madridista de espaldas y regateando hacia la banda. Y de esa falta innecesaria e ingenua llegó el empate.
Pero Turan tiene mucha personalidad. Lo saben en el Calderón y en Turquía. En la pasada Eurocopa se encaró con la grada que le pitaba en el partido contra España. El Camp Nou tuvo ayer una buena prueba de su carácter. El turco podía ciertamente hundirse, pero no. Se levantó y goleó. Jugando como extremo, como hizo mientras Neymar estuvo en los Juegos, finalizó tres jugadas al primer toque. Y ya lleva ocho tantos esta campaña, dos más que Ney. Él lo celebró tocándose el escudo. Fue como si pidiese tres veces perdón. ¿Y Alcácer? Pues poco, muy poco. Casi nada. Sólo chutó una vez y ya son 502 minutos sin marcar. Ni rastro del delantero que le hizo tres goles a Sommer con el Valencia el 10 de abril de 2014 en la Europa League.
El francés Gignac, de los Tigres de México, recurrió recientemente a la hipnosis para recuperar el gol. Luis Enrique podría usar también la sugestión como John Lambies, el exentrenador de Patrick Thistle escocés. Un día, su delantero Colin McGlashan chocó con un defensa y quedó aturdido. El médico lo atendió y aconsejó el cambio.
–¿No sabe quién es? Perfecto. Dile que es Pelé y que entre en el campo –ordenó.
Ahora sólo hace falta que le digan que es Arda Turan contra el Borussia Mönchengladbach y se redima.