Carme Clusellas
Una exposición del Museu d’Art de Girona profundiza en la etapa de formación del escultor de Olot
DIRECTORA MUSEU D’ART DE GIRONA
El Museu d’Art de Girona, dirigido por Carme Clusellas, presenta la muestra Miquel Blay. El camí de l’èxit, que coincide con el 150.º aniversario del nacimiento del escultor y con otra exposición en el Museu de la Garrotxa.
La firma de Miquel Blay (Olot, 1866- Madrid, 1936), uno de los escultores catalanes con mayor proyección, está presente en el espacio público de ciudades como Barcelona, Madrid, Buenos Aires o Montevideo. Pero más allá de esta faceta que el escultor cultivó a partir de 1906, cuando se instaló en Madrid, Blay forjó su temperamento artístico en París y Roma, lugares donde se formó y consagró. Una exposición del Museu d’Art de Girona repasa su etapa formativa, cuando en 1888, con tan sólo 22 años, recibió una beca de 2.500 pesetas anuales de la Diputación de Girona para ampliar sus estudios artísticos en estas dos ciudades.
La muestra Miquel Blay. El camí de l’èxit, que coincide con el 150 aniversario de su nacimiento y se complementa con otra exposición en el Museu de la Garrotxa, reúne 43 obras, de las que 31 son esculturas, algunas de gran formato. Destaca la escultura en bronce y varios esbozos en barro, yeso y dibujos a tinta de Los primeros fríos (1892), la obra que le permitió ser reconocido como uno de los escultores más prometedores de la época y que según la comisaria de la exposición, Mercè Doñate, “le abrió el camino del éxito”. Fue en Roma, donde Blay completó los últimos cursos de su beca tras su estancia en París, y donde empezó a dar forma a esta pieza de la que hizo varias versiones, al menos una en mármol y otra en bronce que presentó a la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid en 1892, donde obtuvo el máximo galardón. Tras ser exhibida en la Segunda Exposición de Bellas Artes de Barcelona en 1894 fue adquirida por el Ayuntamiento de Barcelona por 5.000 pesetas, un dinero que permitió a Blay trasladarse a vivir a París, el mejor escaparate del arte de la época.
La directora del Museu d’Art de Girona, Carme Clusellas, destaca que la muestra permite mostrar “los progresos formativos” de Blay y reseguir la evolución de su escultura, “un reflejo de varias corrientes de su época como el realismo, el modernismo y el simbolismo”. Algunas de las obras que se exhiben no se habían visto antes en Catalunya como Niña desnuda, un fragmento en mármol de Los primeros fríos, procedente del Prado (este museo le ha dedicado recientemente una exposición).
La exposición de Girona también revindica las esculturas que exhibió y realizó en París, donde trasladó su taller entre 1894 y 1906. De esta época destacan sus figuras femeninas como los bustos de mármol Pensativa (1900) y Somni (1905), procedente del Museu del Modernisme de Barcelona. La muestra, que se podrá visitar hasta el 17 de abril, se completa con esbozos, dibujos, documentos y correspondencia de la época. También reúne piezas del Museo Sorolla, del MNAC, del Museo de la Garrotxa, del propio Museu d’Art y de colecciones privadas.
La muestra de Girona reúne 43 obras creadas durante sus estancias en París y Roma