Park Geun Hye
La jefa del Estado cae arrastrada por un caso de corrupción
PRESIDENTA DE COREA DEL SUR
El Parlamento de Corea del Sur aprobó ayer la destitución de la presidenta Park Geun Hye (64), enzarzada en un gran escándalo de corrupción y tráfico de influencias. En contra de Park votaron también diputados de su partido.
La oposición surcoreana logró ayer su objetivo. La Asamblea Nacional (Parlamento) aprobó la destitución de la presidenta de la nación, Park Geun Hye, por su presunta conexión con el mayor escándalo de corrupción y tráfico de influencias que ha conocido este país. La última palabra la tiene ahora el Tribunal Constitucional, que debe avalar o rechazar la decisión parlamentaria. Mientras duren estas deliberaciones, será el primer ministro, Hwang Kyo Ahn, quien asumirá los poderes presidenciales, que incluyen desde el control sobre el ejército hasta el derecho de veto.
Los tres partidos de la oposición, que tienen mayoría en el hemiciclo surcoreano, consiguieron ayer su propósito de derribar a la presidenta Park, con una moción que la acusaba de violar la Constitución y otras regulaciones relacionadas con el tráfico de influencias y la corrupción. La moción fue aprobada con 234 votos a favor, de un total de 300 escaños, una cifra superior a los 200 que exige la ley. Un resultado que sólo fue posible después de que una buena parte de los parlamentarios del gobernante Partido Saenuri de Park votaran en su contra.
Con esta votación el Parlamento puso punto final ayer a un pulso que ha enfrentado a Park con el resto del país durante el último mes y medio, en el que los surcoreanos han salido a manifestarse exigiendo su dimisión cada fin de semana. Durante este tiempo la presidenta ha mantenido un silencio sepulcral en torno a las revelaciones que involucraban a su amiga y confidente Choi Sun Sil en un delito de extorsión a más de 50 grandes empresas del país para que donarán unos 62 millones de euros a dos organizaciones dirigidas por Choi. Un asunto en el que la Fiscalía señala a Park como cómplice. Su amiga es además sospechosa de ejercer una influencia decisiva en asuntos de Estado, sin tener ningún cargo oficial, así como de disfrutar de beneficios ilegales.
El proceso de destitución, sin embargo, no ha terminado. Ahora queda en manos de los nueve jueces del Tribunal Constitucional, que deberán deliberar si avalan la votación del Parlamento, para lo cual disponen de un máximo de 180 días. Aunque podría ser que el fallo se conociera en tan sólo un par de meses, como ocurrió en el único precedente histórico del 2004. En aquella fecha, el entonces presidente depuesto Roh MooHyun recupero sus atribuciones después de que seis de los nueve magistrados invalidaran la decisión de la Cámara.
Ayer, tras asumir el revés, Park, que conserva el cargo, cedió todos sus poderes al primer ministro, Hwang Kyo Ahn, que asumirá provisionalmente la presidencia del país hasta que se conozca el fallo del Constitucional. En un breve discurso televisado, la dirigente depuesta instó a los ministros y al nuevo mandatario provisional a “hacer todo lo posible para minimizar los vacíos en el Gobierno, especialmente en los ámbitos de economía y seguridad”. Park aludía así a la incertidumbre a que se ve abocada Corea del Sur mientras duren la deliberaciones de los jueces sobre su suerte. Una situación que puede provocar una parálisis política en una época de ralentización económica y de gran inseguridad respecto a Corea del Norte, debido al desconocimiento de la postura que adoptará el nuevo presidente de EE.UU., Donald Trump, ante el régimen de Pyongyang.
Park cede sus poderes de forma provisional al primer ministro hasta que el Constitucional confirme el veredicto