Dos niñas bomba de Boko Haram provocan una carnicería en Nigeria
El yihadismo nigeriano se revolvió ayer. Días después de que el presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, asegurara que la situación en el norte del país estaba “bajo control”, el grupo fundamentalista Boko Haram asestó un nuevo golpe mortal. Dos niñas cargadas con cinturones de explosivos se hicieron estallar en un mercado de Madagali, una ciudad del noreste cercana a la reserva de Sambisa, uno de los bastiones de la banda. El portavoz del ejército, comandante Badare Akintoye, confirmó que al menos 45 personas murieron y 57 resultaron heridas. La banda radical, que quiere imponer una versión extremista de la charia, ha utilizado más de un centenar de niñas y mujeres como kamikazes desde el 2014. A menudo las chicas son drogadas con tramol, un narcótico utilizado en camellos o caballos, antes de ser enviadas a hacerse explotar en mercados, comisarías o mezquitas. A pesar de que Boko Haram –cuyo nombre se traduce como “la educación occidental es pecado”– nunca reivindica sus atentados, el modus operandi y la zona atacada señalan hacia la milicia leal al Estado Islámico. La ciudad sufrió otros dos grandes atentados en el último año y medio.
Las niñas, “en edad escolar”, según Akintoye, detonaron sus bombas simultáneamente sobre las 9.30 de la mañana. Una junto a un puesto de verduras y la otra, en una zona de venta de ganado. El mercado estaba abarrotado. Con el fin de la temporada de lluvias, las carreteras están más transitables y el comercio aumenta. Los yihadistas, que habían realizado ataques más pequeños en Nigeria en los últimos meses, aprovecharon la aglomeración para causar el máximo daño posible. “Había cadáveres y personas heridas por todos lados, era un baño de sangre”, explicó un vendedor a Afp.
La mayor presión del Gobierno de Buhari y de una fuerza militar de varios países de la región ha diezmado en el último año el poder de Boko Haram, que ha perdido el control de varios territorios. Pero el ataque de ayer muestra que su capacidad de realizar grandes atentados no ha desaparecido.