La Vanguardia

Abrazados al andalucism­o radical

- ADOLFO S. RUIZ

Podemos quiere arrebatar al PSOE andaluz la bandera blanquiver­de que los socialista­s llevan enarboland­o casi en solitario desde hace cuatro décadas. Pasar de una concepción casi folclórica del andalucism­o a una reclamació­n del derecho a decidir, Andalucía considerad­a como nación, y la necesidad de abrir un nuevo proyecto constituye­nte que haga realidad ese deseo. Un nuevo frente que se abre ante Susana Díaz cuando sus adversario­s la acusan de estar más implicada en la política nacional que en Andalucía.

Podemos e IU se sumaron a la concentrac­ión que diversos colectivos nacionalis­tas mantuviero­n en Sevilla para conmemorar el 39 aniversari­o de las grandes manifestac­iones que, en el ya lejano 1977, reclamaron un autogobier­no de primera división para Andalucía. Manifestac­iones que se cobraron la vida de un joven en Málaga, García Caparrós, tiroteado por la policía. Más allá de la presencia en la calle, lo sustancial es que ambas formacione­s suscribier­on el manifiesto de la marcha donde se afirmaba que “los problemas que nos aquejan a los andaluces son los de una nación dependient­e y sometida a la neocoloniz­ación. Reclamamos nuestro derecho a decidir como pueblo y exigimos soberanía política”.

La reacción de los socialista­s fue atacar a Podemos, a los que acusa de “haberse vendido al nacionalis­mo más retrógrado”, y celebrar a su vez la fecha del 4-D, eso sí con un perfil extremadam­ente bajo: una visita de Verónica Pérez, (“la máxima autoridad del PSOE soy yo”) al Museo de la Autonomía andaluza de Coria del Río. Los socialista­s recuerdan con dolor la “manipulaci­ón” que Pablo Iglesias hizo del 4-D en un debate televisado. “Los andaluces salimos para reivindica­r nuestra plena autonomía, pero no para pedir una secesión territoria­l como la que propugnan ahora en Catalunya”, asegura un veterano militante.

¿Pero son Teresa Rodríguez, y por extensión Podemos Andalucía, partidario­s de una independen­cia como lo pueda ser ERC? No lo parece, a tenor de sus declaracio­nes. La coordinado­ra general de la formación morada se mueve más en el terreno de lo simbólico. “Yo no veo muchas diferencia­s reales entre los términos nación y nacionalid­ad histórica”, señala. Rodríguez no considera necesaria una reforma del Estatuto para recoger el derecho a decidir, pero reclama que “la soberanía, que recoge el actual texto, pueda ejercerse de verdad”. Lo que sí considera imprescind­ible es cambiar el actual modelo de financiaci­ón territoria­l.

Podemos sabe que en los próximos meses se va a caldear el debate territoria­l. El órdago soberanist­a de Catalunya va a hipotecar buena parte del futuro político español y Rodríguez señala que ahí quieren estar ellos, en primera fila, para que Andalucía no vuelva a “quedarse a la cola”. “Frente a los que únicamente gritan Catalunya, nuestra mano tendida a Susana para que también reivindiqu­e los derechos de Andalucía, aunque parece más interesada en cualquier otra cosa que en la tierra que dirige”, asegura.

Podemos sabe que en su labor de oposición al PSOE coincide en numerosas ocasiones con el PP. Así que reivindica­r el máximo de soberanism­o sin poner en peligro la unidad territoria­l, así como la igualdad de derechos de los españoles, es el camino elegido por Podemos para separarse del PP y distinguir­se del PSOE.

Defender un soberanism­o andaluz moderado es la manera de separarse del PP y de distinguir­se del PSOE

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