De la noche al día
La tasa turística permite rehabilitar la capilla de Sant Miquel del monasterio de Pedralbes, un ejemplo único del gótico catalán
Francesca Saportella, segunda abadesa del monasterio de Pedralbes y sobrina de la reina Elisenda de Montcada, se hizo construir en el convento un oratorio particular, decorado con pinturas murales. Era el siglo XIV y seguro que la obra se acometió con los recursos del cenobio o con donativos reales. Ahora, en el siglo XXI, el lugar, la capilla de Sant Miquel, va a ser definitivamente restaurada, y para ello se emplearán 250.000 euros recaudados con la tasa turística. Se trata de un conjunto pictórico equiparable a los mejores frutos de los artistas italianos de la época, en que se adivinaba la llegada del Renacimiento. De momento, las primeras tareas ya supusieron un cambio sustancial, pues han devuelto a las pinturas su luz natural: de lo que parecía la oscuridad de la noche, por mor del desgaste del tiempo, ahora se contemplan los cielos del día plasmados por el artista.
El teniente de alcalde Jaume Collboni; el concejal de Turismo y del distrito de Les Corts, Agustí Colom, y la conservadora jefe del monasterio, Anna Castellano, presentaron la tercera fase de estos trabajos. La primera se llevó a término en el año 2005, al emprenderse los estudios sobre el estado de la capilla. La segunda se desarrolló entre el 2014 y el 2015, al acometer la rehabilitación de la parte central. Y esta comenzará, seguramente, la próxima primavera, pues es una tarea muy minuciosa: no se puede operar ni con mucho frío, ni con mucho calor; y no pueden desempeñarse muchas personas a la vez. Para concluirla se necesitará un año. No se descarta que el oratorio permanezca abierto al público durante las tareas, preservado con una urna de cristal.
En el 2015 se precisaron 175.000 euros, 30.875 de los cuales se obtuvieron mediante una campaña de micromecenazgo. Ahora se destinarán 250.000, que provienen de la tasa turística. Colom destacó que la difusión de la cultura es el mejor retorno de este impuesto; mientras que Collboni aprovechó para reivindicar que Barcelona pueda gestionar la integridad del recargo. En el 2016, el Ayuntamiento recibió por este concepto más de cinco millones de euros, y algo más de un millón se han destinado a proyectos culturales.
Collboni señaló que usar estos fondos para la capilla de Sant Miquel tiene tres ventajas: la conservación, la investigación del arte y las técnicas del siglo XIV y la difusión del monasterio. El año pasado pasaron por Pedralbes 77.000 personas, a las que hay que sumar otras 13.000 que participaron en los diferentes actos que se desarrollaron allí. Para Collboni y Colom se trata de añadir un nuevo incentivo cultural a los turistas y también para los ciudadanos de Barcelona.
La reina Elisenda de Montcada fundó el monasterio de Pedralbes en 1327, para lo cual contó con el apoyo de su esposo, el rey Jaume II. Hoy en día, la comunidad que lo habita, la de las Clarisas, está compuesta por ocho monjas. Los contratos originales de la capilla de Sant Miquel están fechados en 1346 y el encargo se hace al artista Ferrer Bassa, aunque la autoría real está en duda. Los techos, de 25 metros cuadrados, están pintados, y las paredes del oratorio ocupan 75 metros cuadrados. En ellas se observan, en la parte superior, escenas de la Pasión de Cristo; y por debajo se sitúan motivos sobre el Gozo de la Virgen. En los laterales se encuentran los santos preferidos de la abadesa Saportella.
Los expertos señalan que se trata de un conjunto de primera magnitud, en el que se aúna arquitectura y pintura; un caso excepcional de ciclo pictórico innovador en España y conservado completamente, pues avanza el Renacimiento con una calidad similar a Giotto y a otros artistas italianos del 1300.
La culminación de esta restauración será una ardua tarea. Anna Castellano explicó que en la anterior fase se vio como las pinturas se estaban desprendiendo de las paredes y se procedió a fijarlas. Se limpió la parte central y se rehabilitaron las vigas. También se descubrió que durante el siglo XX se llevaron a cabo añadidos de yeso para la preservación. En los trabajos que se emprenden ahora se procederá a eliminar todos estos postizos y una vez limpio se terminará la restauración, que se centrará sobre todo en los laterales, aún no abordados.
La capilla de Sant Miquel es un ejemplo único del gótico en Catalunya, mucho más escaso que el románico, y se estudiará si se solicita que se declare patrimonio de la humanidad. Son unas obras que son un referente en la pintura medieval europea. De momento, los cielos ante los que oraba Francesca Saportella ya brillan de nuevo: han dejado de mostrar la noche para anunciar el día.
Las pinturas murales avanzan la llegada del Renacimiento con una calidad equiparable a los artistas italianos