El COI reanalizará los tests rusos de Londres y Sochi
Se estudiarán 254 frascos de orina del 2014 y todos los del 2012
Ciento quince medallas olímpicas son las que están bajo sospecha después del informe McLaren. Todas las 82 que Rusia consiguió en Londres 2012 y los 33 metales que la delegación se colgó en los Juegos de invierno de Sochi en el 2014. Ese es, a efectos numéricos, el alcance del dopaje de Estado que Rusia había puesto en marcha. Pero la magnitud de la mancha en el deporte, en credibilidad, es ahora mismo incalculable.
“Era un sistema de manipulación sofisticado”, reconoció Thomas Bach, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), impresionado por las revelaciones del informe independiente del abogado canadiense. “Todos los atletas y oficiales involucrados serán sancionados”, aseguró Bach.
Pero como la mejor reacción siempre es pasar a la acción, el COI, además de prometer mano dura, inmediatamente ordenó reanalizar todas las muestras recogidas de deportistas rusos en las competiciones de Sochi y en Londres. En los Juegos de invierno del 2014, son un total de 254 frascos de orina los que se deben revisar. Cabe decir que los 63 análisis sanguíneos que ya se han reexaminado resultaron todos negativos.
Por su parte, de los JJ.OO. de Londres en el 2012, la comisión de disciplina, que preside Denis Oswald, ya estaba encima de los casos individuales sospechosos en la capital británica pero ahora ha recibido el encargo de ampliar la búsqueda de positivos por dopaje a todos los deportistas del país examinados. Gracias a ese trabajo de revisión, el COI recuerda que ya se han sancionado a 11 rusos.
Sin embargo, desde Estados Unidos se considera que los esfuerzos no son suficientes y desde la Agencia estadounidense antidopaje se pide al COI que se ponga las pilas. “Este es otro ejemplo de cómo se ha corrompido el movimiento olímpico ya que los propios atletas fueron usurpados por el sistema de dopaje de Estado de Rusia. El COI debe actuar”, reclamó Travis Tygart, director de la Usada. “Es alarmante ver que se identifica a mil deportistas olímpicos y paralímpicos rusos implicados o que han salido beneficiados por las manipulaciones para disimular positivos”, lamentaba Craig Reddie, jefe de la Agencia Mundial (AMA).
En su día la Federación Internacional de Atletismo lideró el veto de participación para el colectivo de los atleta rusos para Río. De hecho, el atletismo y la halterofilia fueron los únicos deportes donde no participaron en Brasil. “Es hora de que esta manipulación se detenga”, clamó la IAAF. “Continuaremos haciendo controles con inteligencia y buscaremos hacer justicia de forma rápida”, prometió su presidente Sebastian Coe.
Mientras el escándalo se propagaba sobre todo el deporte ruso, Moscú sigue a lo suyo. Sólo así se entiende que Dimitri Shliajtin fuese reelegido ayer mismo como presidente de la Federación Rusa de Atletismo, pese que todos sus atletas fueran excluidos el pasado verano de los Juegos. Shliajtin se impuso al exsaltador Andrei Silnov, que fue oro en Pekín 2008 en salto de altura. La expertiguista Yelena Isinbáyeva retiró a última hora su candidatura.
La negación sigue siendo la versión oficial desde Rusia, donde el viceprimer ministro, Vitali Mutko, dijo que se tomarán medidas legales si no se presentan pruebas concretas. “Ahora hay que pasar al campo legal, que es lo que haremos”, explicó Mutko, que precisamente era el ministro de Deportes en el 2012 y el 2014. “Simplemente no es realista de lo que nos acusan haber hecho en Sochi”, defiende el político, que recuerda que los deportistas rusos también competían fuera de su territorio.
“Era un sistema de manipulación sofisticado; los atletas involucrados serán sancionados” “Es alarmante que haya mil beneficiados”, lamenta la AMA, que encargó el trabajo de McLaren “Ahora hay que pasar al campo legal”, anunció acciones el viceprimer ministro, Vitaly Mutko