La renovada ilusión de la Navidad

No hay ninguna otra ciudad árabe que celebre con tanta ilusión las fiestas de Navidad. Con grandes árboles iluminados y estrellas se decoran las plazas y calles de Beirut. Y no sólo en las zonas cristianas son populares las Navidades y sus adornos, también en diferentes barrios musulmanes. En el inmueble de mi piso del barrio de Hamra, de mayoría suní , con iglesias de ritos griego ortodoxo, latino o protestante, la Navidad siempre ha sido un festividad a flor de piel. Mi vecina , la leridana Encarna Ruiz, casada con el doctor libanés Nasrat Nehme, acostumbra, cada año, a armar el pesebre y adornar el árbol de Navidad en su entrada. De la convivencia entre cristianos y musulmanes brota un fenómeno de contagio en ciertos estilos de vida, aunque los matrimonios mixtos siguen siendo muy poco frecuentes y las divisiones confesionales se agravan. La Navidad es , sobre todo, una gran fiesta del consumo occidentalizado.

Desde hace años no se había decorado el palacio del presidente de la República con los símbolos navideños. El Líbano es el único país árabe cuyo jefe de Estado debe pertenecer siempre a la comunidad católica maronita. Han sido anunciadas muchas actividades durante este tiempo, como ferias, bazares, conciertos y otras veladas artísticas... Será imposible olvidar en esta Navidad las guerras en sus fronteras, los 1,2 millones de refugiados sirios, la incertidumbre e inquietud de la población. Aunque una cierta confianza les ha dado la reciente elección del presidente de la República tras dos años de vacío.