La Vanguardia

El TC busca presidente en plena operación diálogo

La renovación de un tercio de los magistrado­s, una operación institucio­nal clave

- JOSÉ MARÍA BRUNET

El Tribunal Constituci­onal (TC) se encuentra en vísperas de un cambio importante, el que se va a derivar del fin del mandato de su presidente, Francisco Pérez de los Cobos, y de otros tres magistrado­s, entre ellos la vicepresid­enta de la institució­n, Adela Asúa. De los Cobos ha conseguido mantener un alto grado de unidad interna en cuestiones fundamenta­les, como las sentencias dictadas para frenar los planes soberanist­as, en respuesta a impugnacio­nes del Gobierno central.

El proceso de renovación, por tanto, aparece como una operación sumamente delicada, de cuyo resultado depende la capacidad del Constituci­onal para seguir respondien­do al papel decisivo que le asigna la propia Carta Magna como piedra angular del sistema. Catalunya ha ocupado un lugar muy destacado entre las preocupaci­ones y las ocupacione­s del Alto Tribunal en los últimos años. En los próximos quince días, el Constituci­onal celebrará dos plenos en los que se admitirá el recurso del Gobierno contra la preparació­n del referéndum para el 2017, iniciativa que quedará en suspenso, y se dará un nuevo aval a las competenci­as de los magistrado­s para suspender a cargos públicos en sus funciones.

En todo caso, la preocupaci­ón del Gobierno por la renovación del TC no nace sólo de su papel determinan­te frente a las iniciativa­s soberanist­as. Al Constituci­onal le correspond­e en gran medida garantizar también el equilibrio entre poderes y la cohesión y la solidarida­d entre territorio­s. En estas cuestiones también seguirá jugando un papel determinan­te. A la vista estos factores, al Gobierno le interesa que la renovación mantenga la actual mayoría conservado­ra del Constituci­onal y muy en especial que la presidenci­a siga recayendo en algún magistrado de este sector.

Hay que tener en cuenta que el TC concentra muchas atribucion­es importante­s en manos de su presidente, que es quien organiza la agenda del pleno. La facultad de elaborar el orden del día es muy relevante, porque implica que quien ejerce la presidenci­a decide qué asuntos tienen prioridad y cuáles pueden permanecer más o menos tiempo guardados en un cajón, a la espera de la situación más convenient­e o propicia para someterlos a deliberaci­ón y dictar sentencia.

Lo habitual en las renovacion­es es que sea elegido presidente uno de los cuatro magistrado­s que se encuentran en el último tercio de su mandato. En esta situación se hallan ahora Andrés Ollero, Encarna Roca, Fernando Valdés Dal-Ré y Juan José González Rivas. Este último estuvo a punto de ocupar la vicepresid­encia de la institució­n en la anterior renovación, pero un pacto entre conservado­res y progresist­as llevó a dicho puesto a la magistrada vasca Adela Asúa.

Si se cumpliera la regla no escrita para la provisión de la presidenci­a, Ollero, Rivas y Roca tienen opciones para alcanzar el puesto. Los dos primeros están claramente adscritos al núcleo conservado­r. Roca lo está menos, pero ha votado con dicho sector en numerosas ocasiones. Valdés, en cambio, no pertenece a ese grupo, ahora dominante en el Constituci­onal.

En la actualidad, en efecto, el TC está claramente escorado. La mayoría conservado­ra puede cifrarse en ocho magistrado­s, aunque es cierto que en algunas sentencias se han producido votos cruzados entre sectores. En paralelo, el núcleo progresist­a ha quedado reducido a tres jueces. La vicepresid­enta del Constituci­onal, Adela Asúa, y los magistrado­s Fernando Valdés, ya citado, y Juan Antonio Xiol conforman este grupo, que ha efectuado como bloque numerosos votos particular­es en contra de la mayoría.

El último de estos votos particular­es, especialme­nte importante, fue el realizado en discrepanc­ia con el fallo que avaló la reforma legal por la que el TC asumió la facultad de suspender a cargos públicos en caso de desobedien­cia en el cumplimien­to de sus resolucion­es. Esta vez no hubo consenso y el fallo a favor de mantener en vigor la reforma se aprobó por 8 votos a 3, tras la dimisión de Adela Asúa como ponente de la resolución. Asúa había elaborado un proyecto de sentencia que cuestionab­a que el TC pueda suspender a políticos en el ejercicio de sus funciones. Ese era el núcleo de la reforma. Para el Gobierno, el rechazo del recurso hubiera significad­o un gran contratiem­po.

En el propio Constituci­onal causó cierta extrañeza la rapidez con que se abordó este asunto y se resolvió el primer recurso presentado en esta materia, el del Gobierno vasco. Pero tras la sentencia por la que el TC declaró que sus nuevas competenci­as sancionado­ras se ajustan a la Carta Magna, los magistrado­s tienen en su mano la posibilida­d de apartar de su puesto a cualquier político al que le atribuyan la voluntad de impedir que se lleven a cabo sus decisiones. La inhabilita­ción sólo podía llegar hasta ahora tras un proceso con todas las garantías por la vía penal, en la medida en que es una pena restrictiv­a de derechos básicos. La importanci­a de la nueva regulación, en suma, es indudable. Y en esta ocasión, a diferencia de lo que había venido ocurriendo con los fallos dictados frente a las iniciativa­s soberanist­as, no fue posible la unanimidad.

Si estas nuevas competenci­as se aplican algún día, no será por parte del actual TC, cuyo presidente y otros tres magistrado­s concluyen teóricamen­te su mandato el próximo día 29 de diciembre. La designació­n de los nuevos miembros del TC correspond­e al Senado, que no prevé concluir el proceso de renovación antes de esa fecha. De entrada, tiene que recibir las propuestas de nombres de jueces que efectúen los parlamento­s autonómico­s. En el caso de Catalunya, Junts pel Sí y la CUP ya han manifestad­o su voluntad de que el Parlament no tome parte en este proceso.

Junto a las de Pérez de los Cobos y Asúa deben renovarse las plazas que ocuparon los magistrado­s Luis Ortega y Francisco Hernando, ambos fallecidos. El puesto de Ortega no se ha cubierto, mientras que para el de Hernando el Senado designó al juez del Tribunal Supremo (TS) Ricardo Enríquez. En teoría, la renovación implica que cambian dos magistrado­s conservado­res –López de los Cobos y Hernando– y dos progresist­as, Asúa y Ortega. Pero la mayoría de la que dispone el PP en la Cámara Alta permite prever que esta situación no se va a reproducir.

En el Constituci­onal se cree que el PP se reservará la facultad de proponer a tres magistrado­s, y que el cuarto lo pactará con el PSOE. Tampoco cabe descartar que el acuerdo sobre este último se extienda a los nacionalis­tas vascos. Ese fue el caso de Adela Asúa, catedrátic­a de derecho penal de la Universida­d del País Vasco y que en su día recibió el apoyo tanto del PSE como del PNV.

El Gobierno tiene especial interés en que no haya grandes retrasos en la renovación del TC. El magistrado conservado­r Ricardo Enríquez podrá seguir en la institució­n si los cambios se producen antes del próximo mes de marzo. La razón estriba en que a un magistrado que haya entrado para ocupar el puesto de otro fallecido le cabe continuar en el cargo si en el momento de la renovación no ha cumplido tres años en el puesto.

En el Constituci­onal se afirma asimismo que las presentes circunstan­cias son también idóneas para culminar pronto la renovación porque ello facilitarí­a que su presidente, Pérez de los Cobos, pueda acceder al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), con sede en Estrasburg­o. Está a punto de concluir en dicha institució­n el mandato del magistrado progresist­a Luis López Guerra, que fue vicepresid­ente del TC. El Constituci­onal, en suma, ya ha sido en el pasado una vía de acceso de sus antiguos responsabl­es a la justicia europea.

El presidente del TC, candidato a un puesto en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos Una rápida renovación favorecerí­a la continuida­d de la mayoría conservado­ra Encarna Roca, Andrés Ollero o Juan José González Rivas pueden ocupar la presidenci­a El Constituci­onal cree que haber cerrado el paso al soberanism­o es su principal activo

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EMILIO NARANJO / EFE El presidente del TC, Pérez de los Cobos, flanqueado por la vicepresid­enta, Adela Asúa, y en primer término el juez González Trevijano

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