La fórmula blanquiazul
El Espanyol deberá cambiar de registro ante un Sporting cerrado
El Espanyol de Quique Sánchez Flores ha aprendido a ser uno de esos equipos que saben manejarse bien en escena, hábil en la dialéctica, tan paciente como incisivo y sin remilgos si encuentra la ocasión de concretar, y así es como ha sabido jugar de tú a tú sin dejarse avasallar por rivales muy ofensivos.
En el fútbol, como en la vida, una cosa es dejarse llevar por las circunstancias y aprovechar las ocasiones que se presentan y otra muy distinta es saber llevar la iniciativa y conseguir llegar a buen puerto. El Espanyol de Quique Sánchez Flores ha aprendido a ser uno de esos equipos que saben manejarse bien en escena, hábil en la dialéctica, tan paciente como incisivo y sin remilgos si encuentra la ocasión de concretar. Así es como ha sabido jugar de tú a tú sin dejarse avasallar por rivales de verbo alegre como la mejor Real Sociedad de las últimas campañas, el Villarreal, el Las Palmas, el Eibar o el Alavés. Así es cómo ha mantenido el tipo ante la locuacidad del Atlético y cómo ha sojuzgado el atrevimiento de rivales inferiores como el Betis o el Osasuna. El guion, adaptado a las circunstancias, con los quiebros oportunos, ha seguido siempre los mismos patrones.
El problema llega a la hora de proponer, de seducir. Es en esos momentos cuando los blanquiazules se pierden entre la acción y la inacción sin encontrar ni el momento ni la frase oportuna. Así fue cómo acabaron cediendo ante un Málaga que sin poner más que ganas igualó dos goles en contra, cómo fueron incapaces de superar al Athletic más débil que ha pasado por Cornellà o cómo cayeron sin alma ante Real Madrid y Celta pese al empuje de su afición. Sólo esa falta de manejo a la hora de llevar la iniciativa explica que sea éste el Espanyol que ha firmado el peor arranque liguero en casa de su historia.
Hoy, el equipo de Sánchez Flores vuelve a encontrarse con ese mismo reto de proponer y salir airoso del intento. Es lo que espera de él su afición tras presenciar hace 15 días la primera victoria en casa de la temporada y lo que le depara un rival como el Sporting, que llega a Cornellà más parco de argumentos que nunca, dispuesto a encerrarse en su área para tratar de sacar petróleo a la contra. Nada que no conozcan bien los blanquiazules. Abelardo daría por bueno un punto que sacaría a su equipo de la zona de descenso desde que el Barcelona lo metiese ya en la sexta jornada. Al Espanyol no le bastaría.
“Estos partidos hasta ahora se nos han complicado y el del Sporting es un reto”, reconoció ayer el técnico españolista, admitiendo que por paradójico que pueda ser el de hoy puede llegar a ser un partido más complicado que el del Calderón o el de dentro de una semana en el Camp Nou. “El peligro está tanto en el exceso de confianza como en el propio Sporting. No será un rival
EL FÚTBOL, SEGÚN QUIQUE “Jugar bien es equilibrar ataque y defensa, saber transmitir a la grada y llevar tus planes al campo”
DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA “No podemos pretender que el Sporting nos domine, queremos buscar el partido, ese es el plan”
fácil. Tendremos que superar obstáculos y para ello simplemente deberemos seguir siendo los mismos, aunque cambie el guión”, ofreció Quique las claves del partido.
El técnico blanquiazul, que recupera a Álvaro aunque pierde a Piatti, descartó un partido a tumba abierta y se permitió filosofar sobre ese ambiguo concepto del buen fútbol. “Es un debate tentador y perverso, porque si juegas horizontalmente ya parece que no juegues buen fútbol, pero si eres vertical y no ganas tampoco puedes decir que juegas bien –reflexionó–. Para mí jugar bien al fútbol es tener un buen equilibrio entre ataque y defensa, saber transmitir a la grada y llevar tus planes al campo”.
Cuando ha sido el rival quien ha propuesto, por obligación o devoción, al técnico los planes le han salido bien. Esta tarde deberá cambiar por fin de registro. “No podemos pretender que el Sporting nos domine, queremos buscar el partido. El plan es ese y ojalá seamos capaces de ponerlo en práctica”, zanjó el míster.