Capital de la disidencia
La fractura que separa La Habana y la Cuba rural se expresa también en el activismo contra el régimen de la familia Castro. La capital no sólo lo es del país, sino también de la disidencia. En el campo, el miedo a hablar atenaza a la gente y sólo se vence ganando confianza con horas de plática. En la gran ciudad, no obstante, la lengua mordaz de los habaneros se suelta más rápido. Allí están representadas todas la organizaciones de la oposición: desde las Damas de Blanco hasta el Foro por los Derechos y las Libertades o la Unión Patriótica, con sede matriz en Santiago. Entre los disidentes –divididos ante la posibilidad de negociar con el poder la eventual transición a un sistema democrático– se cuentan también los activistas culturales, como la creadora de performance Tania Bruguera o Gorki Águila, líder de la banda de rock libertario Porno para Ricardo. “En un contexto como el cubano, tu actitud hacia la dictadura es tu propuesta artística”, explica el cantante, arrestado en multitud de ocasiones y encarcelado un par. Tras las rejas es donde está ahora Danilo Maldonado, El Sexto, pintor y grafitero, detenido la misma noche en que fue anunciada la muerte de Fidel Castro por subir a YouTube un vídeo en el que celebraba el hecho y llamaba a los cubanos a sumarse a la fiesta.