A la espera de dos fallos clave para el Gobierno
En los próximos meses, el Constitucional tiene que resolver dos asuntos que son de especial relevancia para el Gobierno. El más importante es el que se refiere a la capacidad de veto del Ejecutivo frente a los acuerdos parlamentarios que impliquen un incremento de gasto con respecto a lo previsto en los presupuestos.
La discusión se ha planteado ya en más de una ocasión en la Mesa del Congreso, que muy probablemente va a acabar llevando el asunto al TC. Salvo que lo haga el propio Ejecutivo, en el caso de que los grupos parlamentarios se empeñen en negar dicha capacidad de veto. Se da por seguro, en suma, que de un modo u otro el asunto llegará al Constitucional, que tendrá que decidir si tiene razón el Gobierno o si la tienen los grupos que aseguran que el veto a los proyectos que supongan aumento de gasto supone simple y llanamente limitar la soberanía del propio Parlamento.
El Ejecutivo se halla en fase de recogida de documentación y artillería jurídica sobre el asunto, tanto por si tiene que plantear la cuestión al TC, como por si se ve ante la situación de oponerse a un eventual recurso de los grupos de la oposición. El Constitucional que falle sobre esta disputa, en todo caso, ya no será el actual, sino muy probablemente el que resulte de la inminente renovación de la institución.
El segundo recurso importante es el que se refiere al control parlamentario de un Gobierno en funciones. En medios jurídicos se da por seguro que el TC se pronunciará a favor de que exista en dichas circunstancias un mínimo control. El Constitucional, por tanto, corregiría la negativa del Ejecutivo popular a someterse a dichas sesiones durante el periodo cercano a un año en que estuvo en funciones. Una sentencia de estas características ya no causaría graves perturbaciones al PP, y en paralelo ofrecería al TC una oportunidad de darle al Gobierno un pescuezo de bajo coste.
El Gobierno o las Cortes llevarán al TC el veto al aumento del gasto en presupuestos