“La Constitución no puede fracasar en Catalunya” presidente del PSOEen el Parlamento Europeo
Exministro de la Presidencia en la Moncloa y exvicelehendakari vasco, Ramón Jáuregui (San Sebastián, 1948) preside la delegación socialista española en el Parlamento Europeo y ahora vuelve a ser requerido para actualizar el proyecto del PSOE.
¿Cuáles son las prioridades?
Construir una izquierda moderna para una sociedad más justa en una democracia más fuerte. Ese es el proyecto, que se articulará en tres grandes relatos. Una ponencia orgánica, para definir qué partido queremos ser, cómo atraemos talento y juventud, cómo nos abrimos a la sociedad. Una ponencia política, en el marco de una legislatura en la que somos líderes de una oposición que dobla el brazo del Gobierno a veces, y le obliga a rectificar, y que pacta con él también. Y una ponencia económica y social para un país cuyo reto es ser competitivo, pero que tiene que abordar gravísimos problemas de desajuste social.
¿Habrá propuestas nuevas?
El proyecto político tiene que ajustarse a una nueva realidad. Ha nacido otra izquierda, somos oposición en una legislatura compleja, España tiene grandes problemas que necesitan grandes pactos. Esto tiene que configurar una estrategia política, y eso implica novedades, claro. Tenemos que recuperar confianza en la gestión económica. No se puede ser alternativa sin generar confianza en la gestión del crecimiento.
La declaración de Granada del 2013 fija la propuesta socialista de reforma de la Constitución en clave federal. ¿Esto no se tocará? Estamos tan convencidos de que este camino es el único que no lo vamos a tocar.
Gobierno y PSOE apelan a la prudencia ante una reforma. ¿El principal impedimento es la demanda de Podemos de someter a referéndum cualquier cambio? Me preocupa mucho que Podemos tenga una mirada tan crítica sobre el pacto reconciliatorio y la Constitución. Es muy peligrosa esa actitud destructiva. La revisión de la Constitución no será nada fácil si no se recupera un espíritu semejante al que tuvieron los constituyentes. El Gobierno tiene que suscitar un clima favorable. El riesgo de que no haya acuerdo es de todos, el fracaso en la negociación se cargará en las espaldas de todos, también de las comunidades, los nacionalistas o las izquierdas que sean incapaces de comprender que una Constitución es un pacto de renuncias.
¿Esta legislatura será la de la reforma de la Constitución? El reto secesionista de Catalunya es histórico, y requiere una respuesta a la altura de los tiempos. Lo podemos vencer sólo con política, con pacto. Haciendo fuerte el catalanismo no separatista. Y eso sólo se puede hacer con un proyecto generoso, e implica una reforma de la Constitución basada en un pacto con Catalunya. No sólo, pero también, porque la Constitución no puede fracasar en Catalunya. La responsabilidad recae en todos, porque si en las Cortes abrimos el espacio a este debate y tendemos la mano, alguien del nacionalismo catalán tendrá que cogerla, o asumirá la responsabilidad de que su unilateralidad lleva al barranco a Catalunya. Colocar la pelota en el tejado del nacionalismo catalán es importante cuando efectivamente desde España abramos una reforma de la Constitución que permita un nuevo Estatut y que permita que el derecho a decidir de los catalanes se manifieste. Eso es decidir juntos, y en la legalidad, sobre concretas condiciones de vida, no sobre una supuesta consulta en la que se manifiestan deseos.
¿El acuerdo entre el PNV y los socialistas vascos es un buen ejemplo que seguir? Catalunya puede mirarse en el País Vasco. Como bien dice Urkullu, el nacionalismo que tiene una concepción decimonónica de la soberanía está condenado al fracaso. Y en el nacionalismo independentista de Catalunya hay una concepción decimonónica, que no tiene que ver con el mundo que tenemos. La gran reflexión que una parte del nacionalismo tendrá que hacer es de qué manera da respuesta a su sentimiento identitario en el siglo XXI.
La relación entre el PSOE y el PSC también está en revisión. Soy partidario de que sigamos lo más unidos que podamos.
¿El reconocimiento de Catalunya como nación nunca estará en el credo del PSOE? En el Estatut encontramos una formulación que la Constitución tiene que admitir, que es la declaración en el preámbulo de un reconocimiento que Catalunya hace de sí misma. El Parlament ha declarado que Catalunya es una nación. Punto. Es una manifestación de Catalunya. A mí me vale.
El PSOE no celebrará su congreso hasta junio. ¿Puede aguantar tanto tiempo sin un líder? Soy más partidario de hacer las cosas bien que rápido. Junio es una fecha razonable. Antes no se puede elaborar el proyecto. Hay que elegir un líder en concordancia con el proyecto del partido que queremos ser, fiable, serio, reformista, solvente.
¿Llegó el momento de Susana Díaz, se acabó el de Pedro Sánchez, considera una posible tercera vía? Veo difícil sostener un liderazgo futuro sobre un líder que se marchó. Segundo: no se puede gobernar el PSOE contra Andalucía, lo cual no quiere decir que me manifieste por nadie, puesto que Susana Díaz no ha dicho qué va a hacer. El acuerdo orgánico es imprescindible, previo a la elección del líder .
“Un acuerdo amplio, a poder ser sobre un solo candidato, sería lo mejor”