Un documento caducado frena unas obras preolímpicas
Los trabajos de conexión de la A-2 con la C-32 se han paralizado porque el proyecto, de los años noventa, no cumple la normativa actual
La construcción de la variante de la C-245 en Sant Boi de Llobregat es el cuento de nunca acabar. Planteada en los mapas de la Barcelona preolímpica, el proyecto no fue redactado hasta 1991. Las conexiones viarias de la pata norte de la capital se construyeron, pero las de la pata sur quedaron relegadas y hasta que pasaron los años no fueron haciéndose realidad.
La principal conexión que sigue pendiente es la de la autovía A-2 (a su paso por Cornellà, antes de llegar a la ronda Litoral) con la C-32, la autopista de Castelldefels y los túneles del Garraf. La construcción de unos dos kilómetros de vía rápida debe liberar de un importante número de vehículos los accesos a Barcelona desde el nudo del Llobregat.
Después de años esperando y largos procesos administrativos, en el 2009 empezaron las obras. Con un presupuesto de casi 60 millones de euros, debían acabarse en dos años, pero la crisis las frenó poco después de iniciarse. Se reanudaron al ralentí más tarde, se construyó un tramo, se pusieron vistosos pilares..., pero hace quince meses se volvieron a parar dejando todo patas arriba. El motivo esta vez pone la guinda a la lista de despropósitos acumulados a lo largo de los años: el proyecto de principios de los años noventa no se adecúa a la normativa vigente en materia de seguridad vial marcada por la Unión Europea. El documento hay que actualizarlo y, aunque son cambios menores, es condición imprescindible para poder seguir con las obras. El trámite requiere la correspondiente inversión del Ministerio de Fomento, que no llega.
Tampoco llegan las respuestas y en el Ayuntamiento de Sant Boi ya no aguantan más. La alcaldesa, Lluïsa Moret, ha solicitado una reunión urgente al nuevo ministro, Íñigo de la Serna, para reclamar la reanudación de las obras lo antes posible. Además de ver como está a medio construir la anhelada carretera, los vecinos sufren a diario la situación de provisionalidad provocada por los trabajos paralizados de un día para otro. El corte de uno de los accesos a la ciudad y a una carretera comarcal muy transitada supone un colapso viario en la zona que los vecinos no han tenido más remedio que integrar en sus rutinas. Moret apunta que la situación “se ha convertido en uno de los principales problemas de la ciudad”.
La parálisis ha dejado todo empantanado y ha provocado la implicación de los municipios del área de influencia de Sant Boi. Sant Vicenç dels Horts, Santa Coloma de Cervelló y Torrelles han hecho llegar su malestar a la Conselleria de Territori y a la Diputación de Barcelona para tratar de ganar aliados ante una situación que está minando también la creación de oportunidades económicas en el territorio.
De momento, todas las quejas parecen haber caído en saco roto. El secretario de Estado de Infraestructuras estuvo en Barcelona el viernes y se reunió con otros alcaldes del Baix Llobregat para tratar la reconversión de la autopista B-23 en una vía más permeable e integrada en las ciudades. En cambio, no hubo reunión con el Ayuntamiento de Sant Boi.
Los cortes provocados por las reformas abandonadas provocan un gran colapso viario cada día en la zona