El viernes, mal día para conducir
Barcelona registró el año pasado 9.000 siniestros con víctimas, un 3,78% más que en el 2014
En martes ni te cases ni te embarques, dice el refrán. Tradicionalmente, el segundo día de la semana –dedicado a Marte, el dios de la guerra– ha tenido muy mala prensa. Pero por lo que respecta a la seguridad vial este es, junto al domingo, uno de los días más relajados. Si usted es supersticioso –y, sobre todo, si cree a pies juntillas en las estadísticas–, debería evitar ponerse al volante un viernes.
El éxodo del fin de semana y quizá también el cansancio acumulado tienen la culpa. Un informe de la Guardia Urbana señala que los viernes acumulan la mayor cifra de accidentes con víctimas en la capital catalana: 1.579 casos en el 2015, un 17,36% del total. Le siguen los miércoles (1.529, un 16,81%). El estudio de la policía municipal asegura que hay que cruzar los dedos especialmente entre las 14 y las 22 horas. Esta franja horaria acumula el 52,51% de los accidentes, con 4.776 el año pasado, casi un 2% más que en el curso anterior.
Los turnos de mañana (3.652 accidentes) y de noche (cuando
sólo se registraron 667) fueron más tranquilos. Pero cabe recordar lo que dijo Céline en Viaje al
fin de la noche: “La gran derrota, en todo, es olvidar”. No hay que olvidar que esta guerra se libra todos los días, a cualquier hora. Aunque la noche registra menos sobresaltos, porcentualmente este es el momento en que los casos han crecido más: un 17,22%. En el 2014 hubo 569 siniestros nocturnos; un año más tarde, cien más.
Por distritos, el Eixample (con más de 3.000 accidentes) preside el indeseado podio de la siniestralidad, a mucha distancia de sus perseguidores. La medalla de plata es para Sant Martí (988) y la de bronce para Sarrià-Sant Gervasi (con 923, aunque ex aequo con los 917 de Sants-Montjuïc). Su especial orografía hace de Gràcia la zona menos castigada, con apenas 400 accidentes de tráfico.
Los expertos insisten en que, más que cifras, hay que destacar tendencias. Por ejemplo, a falta de los resultados de este año, que lógicamente aún no se han cerrado, la Guardia Urbana intervino en el 2015 en 9.095 accidentes con víctimas. Si bien la cifra representa un incremento del 3,78% con respecto al 2014, globalmente no fue un mal año.
En 1990 Barcelona comenzó a realizar estadísticas de accidentabilidad. Desde entonces sólo ha habido un año menos luctuoso que el 2015: el 2013, con 22 fallecimientos. En 1990, 1991 y 1992 hubo 88, 82 y 84 muertes. Según la policía municipal, el año pasado las víctimas mortales fueron 27, lamentablemente muchas, pero “cuatro menos que en el 2014” y a años luz de las cifras sonrojantes y hoy absolutamente intolerables de los noventa.
El problema es que no todas las estadísticas coinciden. La mejor radiografía sobre este drama es la de la Agència de Salut Pública. Este organismo municipal no sólo evalúa los registros de la Guardia Urbana y de las urgencias hospitalarias, sino también la información del Institut de Medicina Legal de Catalunya, lo que permite datos más fiables porque la policía no tiene en cuenta que accidentes inicialmente clasificados como graves pueden ocasionar el fallecimiento de los protagonistas días o semanas después.
Según la Agència de Salut Pública, en realidad en el 2015 perdieron la vida por accidentes de tráfico en la ciudad de Barcelona 35 personas, y no 27. Eran 31 hombres y cuatro mujeres: 19 de las víctimas mortales pilotaban motos o ciclomotores; 12 eran viandantes; dos, copilotos de turismos; una conducía un automóvil y otra iba de paquete en una moto. Los accidentes más frecuentes fueron los atropellos y las colisiones frontolaterales. Junio y noviembre (para ellos) y agosto (para ellas) fueron los meses más negros. ¿Y a que no adivinan cuál fue uno de los días en que se registraron más atropellos y colisiones mortales? Sí, el viernes.
El podio de accidentes entroniza el Eixample (3.000), Sant Martí y Sarrià-Sant Gervasi (más de 900 cada uno)