Fascinante rap atemporal
Amenudo los llamados discos de regreso suelen ser armas de doble filo. En contados casos, la expectación, la espera y la satisfacción coinciden, y si a ello se añaden factores exógenos, entonces aquello es motivo de alborozo. Algo de ello rodea la aparición del esperado nuevo álbum de los gloriosos A Tribe Called Quest, el sexto de una carrera de más de tres decenios y que rompe un silencio discográfico de dieciocho años.
Este comeback acontece cuando las circunstancias que rodearon el alumbramiento del trío de Queens han cambiado radicalmente, comenzando por el hecho de que su lugar de nacimiento artístico ya no es referencial en la escena del género, y que su condición de innovadores del rap (cuando fusionaron magistralmente jazz y hiphop a inicios de los noventa) ya no es incontestable y que hace unos meses falleció el mc fundacional del grupo, Phife.
Temores infundados. De entrada, el sonido sigue siendo distintivo, esa hábil combinación de hiphop de la Costa Este, jazz, adictivo r’n’b y mucho más, en una producción cuidadísima. Algunos de los instrumentistas que arriman el hombro son Jack White o Elton John, armando una estructura sonora real que llena de contemporaneidad un álbum, en cuya lista de invitados también aparecen Busta Rhymes, Kanye West, Andre 3000 o Kendrick Lamar. Hay que entender inglés, por supuesto: los textos rezuman combatividad política, año electoral estadounidense, denuncia de la creciente intolerancia contra colectivos como gais, musulmanes o hispanos...