Escenario perfecto
Hábitat ideal. La discusión de las últimas semanas para unos y la eterna discusión para los puristas del estilo es en qué medida las ansias para la llegada veloz al marco contrario están debilitando a los azulgrana. Si los matices de Luis Enrique más que enriquecer lo debilitan. Otros podían entender que este Barcelona dubitativo tiene su debilidad en el estado de forma de algunos jugadores, en la incapacidad de los refuerzos de mostrar un nivel óptimo o por qué no, en la ausencia de Iniesta. Su ausencia en el primer tiempo frente al Madrid mostró un equipo visitante superior y su aparición en la segunda mitad decantó la balanza para los azulgrana. Pues si el partido de El Sadar podía sacarnos de alguna duda, la realidad es que para este sentido no sirvió para nada. La ausencia de presión alta por parte de los de Caparrós regaló el hábitat ideal de supervivencia a los azulgrana y sus jugadores se desenvolvieron en un entorno donde les es fácil ofrecer sus mejores prestaciones.
Instalación del campo base. El mejor Barcelona es aquel que consigue instalar su campo base en campo contrario.Y en los últimos partidos con resultados y juego decepcionantes no se ha conseguido y en el intento se han puesto en riesgo demasiadas cosas. Ayer se lo encontraron regalado. El Osasuna dejó que la defensa azulgrana progresara con el balón hasta 5 o 10 metros del medio campo. Tapaban la progresión de Piqué para que se la diera a Umtiti y entonces mientras uno de los puntas buscaba anular a Busquets el otro se situaba entre los dos centrales para que el francés se viera obligado a pegarla arriba. Pero Umtiti tiene entre sus virtudes la serenidad y jugar como central zurdo lo que supone que en su vertical se encuentra con Iniesta. Hasta tres veces la jugada, curiosamente después de sufrir ciertos niveles de presión, acabó en los pies de Piqué en un recorrido que parecía un laberinto, pero al final cumplía con el objetivo deseado que era demostrar que poco a poco el Barcelona se instalaría en campo contrario.
En busca de la mejor dinámica. El Barcelona pareció ser su mejor versión pero sólo fue fruto del nivel actual del Osasuna y no por el juego desplegado. No se consigue ni de lejos de momento llegar a esa dinámica ideal, donde paradójicamente faltan en el proceso de la elaboración dos aspectos antagónicos. La posesión se practica con una velocidad de crucero ni rápida ni lenta cuando esos dos elementos deberían aparecer. La mayoría de la gente le pide más velocidad en la jugada y yo creo que le falta casi más pausa que velocidad. La velocidad puede aprovechar el desorden pero en ningún caso desordena. Si queremos desorden para aprovechar esos espacios, es necesario la pausa. Porque la pausa junta al equipo rival en pos del balón. La pausa acaba fijando las piernas del sistema defensivo una vez los trasladas al espacio que querías. Por eso los goles llegaron de jugadas con centro casi desde el fondo, porque sino desordenas, la única manera de que el defensa pierda su referencia de marca es cuando tiene que defender la trayectoria posible del balón por delante y al delantero situado a su espalda, a la vez.
La ausencia de presión alta por parte del Osasuna facilitó las cosas a los barcelonistas