Una ciudad de cine
Igualada recupera una sala de proyección de la mano de una de sus instituciones más populares
Igualada vuelve a ser una ciudad con cine gracias a una de sus instituciones con más solera, el Ateneu Igualadí, que acaba de estrenar una programación estable que llenará el vacío que se produjo hace casi tres años.
¿Se imaginan tener que hacer entre 30 y 70 kilómetros para ir al cine? Igualada, ciudad de 40.000 habitantes y capital de la comarca de la Anoia, asistió en enero de 2014 al cierre definitivo de los antiguos Kursaal. Eran los últimos cines que quedaban vivos en un lugar que, en su día, llegó a tener hasta siete a pleno rendimiento al mismo tiempo. “Fue un choque emocional para muchos vecinos”, recuerda Mireia Claret, presidenta del Ateneu Igualadí. “Se llegó a un punto incluso depresivo”, añade el alcalde, Marc Castells.
Y es que Igualada ha mantenido históricamente una relación especial con el séptimo arte. “Tenemos una larga tradición”, indica Claret. Siempre han existido multitud de entidades relacionadas con el cine, algunas más amateurs y otras más profesionalizadas, desde cine clubs hasta múltiples festivales. El más conocido de ellos es el Zoom, el único dedicado a las películas de ficción televisiva de España, que ya prepara su decimoquinta edición. También es la sede del Centro Internacional para la Creatividad Audiovisual de la Unesco.
“Éramos una ciudad de cine pero sin cine”, dice Claret resumiendo la situación. A los vecinos de Igualada y de las poblaciones de alrededor no les quedaba otra opción que coger el coche o el transporte público y plantarse en ciudades como Manresa o Abrera, a más de 30 kilómetros de distancia, para disfrutar de las comodidades y la calidad de una sala y ver un estreno. Otros apostaban por recorrer 70 kilómetros hasta Barcelona.
“Mucha gente nos preguntaba si el Ateneu podía hacer algo”, explica Claret. Lo valoraron y esta entidad, con más de 150 años de historia, se puso manos a la obra coincidiendo con la Diada de Sant Jordi de 2014. “Salimos a la calle a recoger firmas y, en poco tiempo, conseguimos 5.600”, rememora la presidenta sin esconder cierto grado de sorpresa. “Nos dimos cuenta de que teníamos el apoyo de la gente. Para los adolescentes que no tienen coche, para los mayores que no lo querían coger, necesitábamos un cine”, sentencia.
El Ateneu Igualadí tenía un espacio libre con capacidad para albergar una sala, pero no disponía de dinero suficiente para la reforma. En este punto encontró el apoyo del Ayuntamiento, que impulsó económicamente las obras. “Merecíamos una sala de primera con la ambición de situarnos en el mapa de equipamientos culturales”, argumenta el alcalde. Veinte semanas después, en un tiempo récord, Igualada ya tenía su nuevo cine a punto. El jueves abrió sus puertas proyectando el estreno de la última película de Star wars. “¡Estamos encantados!”, exclama Castells. “Viernes, sábado y domingo, estrenos y cine comercial; el miércoles será el día del espectador; y lunes, martes y jueves nos dedicaremos a recuperar películas que pueden tener tirada y a un cine más de autor”, cuenta Claret.
La sala tiene 129 localidades y dispone de la última tecnología. Además, se ha respetado el aire modernista de un edificio de 1863.
La capital de la Anoia se había quedado huérfana del séptimo arte tras el cierre de los Kursaal hace tres años