La Vanguardia

Una confusión acaba con un atropello y un tiroteo

Un conductor arrolló a un agente porque pensó que era un falso policía y su vehículo recibió ocho disparos por parte de otro mosso

- TONI MUÑOZ Barcelona

Los Mossos d’Esquadra pensaron que el conductor al que habían dado el alto era el delincuent­e que buscaban y el conductor creía que estaba siendo asaltado por una patrulla de falsos policías. Esta confusión cometida por ambas partes desencaden­ó un atropello que acabó con un agente gravemente herido y que el coche del conductor recibiera varios disparos de bala.

Los hechos sucedieron el jueves a las seis de la tarde. Una patrulla de mossos vestidos de paisano aguardaba en la zona de Can Rosés de Rubí a la espera de poder detener a un ladrón que había cometido varios robos violentos en farmacias del municipio. Los agentes pensaron que un hombre que entraba en un parking particular era el hombre que buscaban. Se acercaron y se identifica­ron como policías, pero el conductor no les creyó. Puso el seguro, encendió el vehículo y en su huida arrolló a un agente, que tuvo que sujetarse al capó mientras era arrastrado durante unos ochociento­s metros hasta que en una rotonda, al girar el volante, el policía cayó al suelo y recibió un fuerte impacto en la cabeza que le provocó un abundante sangrado en el oído. A raíz del incidente el agente tuvo que ser ingresado de urgencia con pronóstico grave y actualment­e permanece en el hospital Vall d’Hebron en coma inducido.

El otro mosso, al ver que el conductor se llevaba por delante a su compañero, abrió fuego contra el vehículo para que se detuviera. Efectuó al menos ocho disparos hasta que el coche paró la marcha. El conductor, que no era el sospechoso que buscaban, salió del vehículo y se dirigió hacia una patrulla de policías uniformado­s que había en la zona pidiendo ayuda y gritando: “¡Me quieren matar!”.

El hombre les explicó lo sucedido, pero igualmente fue detenido y conducido a los calabozos de la comisaría de Rubí. Las primeras investigac­iones apuntaron que el conductor no entendió las indicacion­es policiales y confundió a los dos agentes que iban de paisano con unos impostores que se hacían pasar por policías. Tras corroborar y dar verosimili­tud a su versión a partir de la declaració­n de varios testigos, y teniendo en cuenta que no tenía antecedent­es penales y no era el sospechoso que buscaban, la detención del conductor quedó sin efecto y fue puesto en libertad a las tres de la madrugada. Eso, sin embargo, no lo eximió de declarar por la tarde ante el juez, que decretó su libertad con cargos, la retirada del pasaporte y la obligación de comparecer en el juzgado cada quince días.

El comisario jefe, Josep Lluís Trapero, tenía previsto ir la comisaría de Rubí para interesars­e por el suceso. Doscientos mossos se manifestar­on bajo la lluvia a la puerta de las dependenci­as para protestar por el hecho de que la detención policial quedara sin efecto de madrugada, una decisión que atribuyen al comisario jefe.

Doscientos agentes se manifestar­on en contra de que la detención policial quedara sin efecto

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