Eterno antagonismo
La rivalidad entre Barça y Espanyol, diluida en el profesionalismo, es profunda en las categorías inferiores
Hace tiempo que la rivalidad deportiva entre Barça y Espanyol ha perdido el sentido histórico. La enorme masa social del club blaugrana y la diferencia de presupuestos han conformado dos entidades que juegan la misma Liga, pero compiten en dimensiones diferentes. El Barcelona, en busca de todos los títulos; el Espanyol todavía no ha disputado ninguna Liga de Campeones. Lo cual no impide que para el conjunto, la afición y la directiva blanquiazules el derbi siga siendo una oportunidad para la reivindicación y la rebeldía. Donde la llama del antagonismo sigue ardiendo con fuerza, donde el derbi es igualitario y los adversarios pelean por objetivos idénticos es en las categorías inferiores. “La rivalidad es grandiosa, más que en un Barça-Madrid de los mayores”, afirma Albert Benaiges.
Benaiges, una institución en la materia, formó parte o dirigió durante 22 años la estructura del fútbol formativo del Barcelona. Fue el descubridor de Iniesta, cuando tenía 12 años, o el que se trajo a Jordi Alba del Hospitaletense. Aunque en los últimos años han aparecido aspirantes como el Cornellà o la Damm, la mayor parte de los campeonatos del fútbol base siguen estando polarizados entre Barça y Espanyol y los niños van creciendo con la rivalidad. “Viven el derbi como si fueran profesionales ya desde benjamines”, relata Benaiges. “La motivación es máxima, ese partido siempre lo juegan los mejores. Tienes problemas con los que no van convocados, la decepción es grande y hay que consolarles”.
Aunque se trate de niños de 10 años, los espías se mueven y existen completos informes sobre el rival. Es, siempre, el partido del año en la ciudad deportiva de Sant Joan Despí o en la de Sant Adrià. “De cadetes (hasta 15 años) hacia abajo el equipo que pierde siempre acaba llorando, para que veas el momento de emotividad”, explica Benaiges. “Más que tensión, hay ilusión, muchas ganas de disputarlo”, interviene Tintín Márquez, que llegó al banquillo del primer equipo del Espanyol después de pasar por el de los cadetes, juveniles y el del filial. “Siempre están peleando –explica–, hay mucha igualdad entre Espanyol y Barça. Antes hasta entre los filiales había igualdad”.
Hay guerras en las canteras. Frecuentemente el Espanyol ha acusado al Barça de expoliar la suya, a la vez que en la Masia recelan de que se copien sus métodos, tradicionalmente más elaborados, con mucha más incidencia de la técnica y la táctica que del capítulo de la preparación física.
En las gradas, donde se mezclan a partes iguales padres y familiares de uno y otro equipo, la tensión suele ser excesiva. “Los padres meten demasiada presión a los niños, hay un porcentaje de maleducados que a veces podrían quedarse en casa”, reprocha Benaiges. Aunque en los derbis se han producido episodios de la máxima deportividad, como en la final del torneo Vila de Peralada de benjamines del 2007. Marcó el Barça sin devolver la pelota cuando los del Espanyol la habían tirado fuera para que fuera atendido un rival lesionado. “No puedes imaginarte el follón que hubo”, rememora Benaiges. El entrenador blaugrana, Albert Puig, ordenó que los suyos se dejaran marcar. “Por mucha rivalidad que haya entre los equipos, que en un Barça-Espanyol de cualquier edad siempre la hay, quise que mis chicos y que todo el mundo presente en el campo se diera cuenta de que por encima de todo tiene que estar la deportividad y más cuando son niños que están en fase de educación y formación. Fue como una lección para todos”, explicó a La Vanguardia.
Probablemente ninguno de aquellos niños estará mañana en el Camp Nou. La inmensa mayoría cambian de rumbo antes de llegar al primer equipo. No es el caso de Andrés Iniesta, que mañana disputará su 28.º derbi como profesional. Pero antes, desde los 12 años, fueron muchos más. Y a base de derbis, de subir peldaños y de convivencia en las selecciones inferiores forjó una potente amistad con Dani Jarque. “Son partidos diferentes. Los he jugado desde niño, los he sentido y vivido durante mucho tiempo y ahora, a nivel profesional, todavía más”, explica el centrocampista manchego.
ALBERT BENAIGES “Los padres meten presión a los niños, a veces sería mejor que se quedaran en casa” TINTÍN MÁRQUEZ “Desde siempre hay más igualdad en el fútbol base que entre los primeros equipos”