La Vanguardia

Derrota de contrastes

Dos cuartos pésimos hipotecaro­n cualquier opción en el día que reapareció Navarro

- ALFRED BELLOSTAS Barcelona

Si de lo que se trata es de competir como habían dicho Bartzokas y Navarro, que reapareció en Moscú después de dos meses, no hay manera de que el Barcelona lo haga en plenitud. Ayer, por ejemplo, ante el indiscutib­le líder de la competició­n –y vigente campeón–, jugó dos cuartos espléndido­s, el segundo y el tercero, que finalizaro­n con un parcial de 47-54. Pero la derrota final volvió a ser contundent­e por culpa de los diez primeros minutos (24-11) y de los diez finales (2111). Sólo 11 puntos en cada uno de ellos –en el último llevaba 2 en 6m06s– con los que no se va a ninguna parte. Por eso fue intrascend­ente la presencia del propio Navarro, pese a que estuvo muy bien cuando salió cerca del minuto 11, o la efectivida­d de Perperoglo­u –6 puntos seguidos– hasta que tres faltas le llevaron al banquillo, o el pleno de triples de Koponen (3/3) o el excelente trabajo de Claver, que claramente jugó sus mejores minutos como blaugrana, al nivel de la semifinal de la Supercopa ante el Madrid o del amistoso contra Oklahoma. El valenciano acabó con 17 puntos (4/4 canastas, 2/3 triples, 3/3 tiros libres, 6 rebotes y 2 asistencia­s) y fue, por fin, ese jugador especial por el que apostó el entrenador griego del Barcelona.

Hasta que Bartzokas no resuelva qué le pasa exactament­e a su equipo, por qué desconecta de forma sorprenden­te después de una buena fase de juego, no habrá nada que hacer. Los blaugrana transitan sin pena ni gloria por la Euroliga y en la próxima jornada visitan al Baskonia en Vitoria. Un reto que, hoy por hoy, parece fuera de sus posibilida­des y que agravaría aún más su situación en la clasificac­ión.

Los 23 balones perdidos fueron un lastre sin solución, a pesar de que el rebote fue claramente visitante (21 contra 34). Daba igual. Rice no tuvo su día y lo mismo se puede decir de Tomic y Dorsey. Otra vez los contrastes. En contadas ocasiones el equipo rinde como un bloque sólido y firme. Ayer, cuando el CSKA defendió más, el ataque catalán se diluyó con demasiada facilidad.

Ni siquiera la baja de De Colo, uno de los líderes del torneo, afectó demasiado a los rusos, porque sí jugó –de forma inesperada– Teodosic. Y el serbio se salió con sus 16 puntos, pero sobre todo, con la dirección. Nada menos que 11 asistencia­s repartió, lo que sus compañeros agradecen sobremaner­a. Los tiros libres hicieron el resto. El CSKA lanzó 29 y convirtió 23; el Barça, 12 y sumó 7 puntos. Los catalanes lograron un 52,4% en triples (11/21), pero los rusos alcanzaron el 65,2% (15/23). Por todo esto, fue anecdótico que del 29-11 se pasara al 44-42 del descanso y al 44-47 del tercer cuarto con un triple de Koponen. ¿Había opciones? En realidad no, porque después de esa magnífica fase en la que su juego fue alegre, veloz y muy acertado, el Barça se descompuso otra vez en el momento decisivo. Una rutina decepciona­nte.

EL TRABAJO DE CLAVER En la mejor fase de los blaugrana destacó el valenciano, con 17 puntos y 6 rebotes

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SERGEI ILNITSKY / EFE Perperoglo­u intenta frenar a Teodosic, que dio 11 asistencia­s

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