La astronauta más veterana bate récords
LA MUJER QUE MÁS TIEMPO HA PASADO EN EL ESPACIO SUPERARÁ, CUANDO ACABE SU MISIÓN, LA PERMANENCIA MÁXIMA DE SUS COLEGAS DE LA NASA
Tiene 56 años, es una brillante bioquímica y su tiempo libre lo dedica a deportes como el esquí acuático
No solo ha roto la barrera del sonido. Peggy Whitson ha pulverizado el techo de cristal con el que chocan tantas mujeres en su carrera profesional, especialmente en un mundo tan masculino como el aeroespacial. A los 56 años, la astronauta más veterana de la Tierra sigue en órbita. Cuando acabe su misión en la Estación Espacial Internacional, esta bioquímica, ingeniera de vuelo y comandante habrá batido todos los récords de permanencia de sus colegas masculinos de la NASA.
Su historia es el sueño de tantos niños hecho realidad. Nacida en un pequeño pueblo de Iowa, en la América profunda, creció en la granja de sus padres, que le inculcaron los valores del esfuerzo y la tenacidad. Whitson decidió hacerse astronauta a los 9 años, mientras veía en televisión las imágenes de Neil Armstrong poniendo los pies en la superficie de la Luna. Cuando se graduó del instituto, Sally Ride acababa de entrar en la leyenda como primera astronauta norteamericana, y eso la reafirmó en su decisión. Todos los profesores, y fueron unos cuantos, que intentaron convencerla para que se dedicara a la medicina toparon con su tozuda vocación de alcanzar las estrellas.
A los 26 se incorporó al Johnson Space Center de la NASA como investigadora asociada en bioquímica, donde realizó una brillante labor. Diez años después fue seleccionada como candidata a astronauta e inició el riguroso programa de entrenamiento de dos años que se exige a todos los exploradores del espacio. La primera vez que abandonó la Tierra fue en junio del 2002 para viajar a la Estación Espacial Internacional como ingeniera de vuelo de la Expedición 5. La segunda ocasión llegó en octubre del 2007, esta vez como comandante de la Expedición 16. También en esto ha sido la primera. Hasta que llegó ella, ninguna mujer había dirigido una misión espacial.
Entre ambas misiones acumuló 377 días al margen de la ley de la gravedad, el máximo récord para una mujer astronauta. Los seis paseos que ha realizado por el espacio suman 39 horas y 46 minutos. La podemos imaginar, pues, suspendida en medio del infinito tan solo unida por un cable a la Estación Espacial y con la imagen de la Tierra a lo lejos. Como Sandra Bullock en el filme Gravity, de Alfonso Cuarón.
Su compañero de aventuras no es George Clooney, pero ha compartido las estrecheces de la vida en una estación espacial con otros héroes de carne y hueso. Pese al aterrizaje algo accidentado de su anterior misión, el pasado 17 de noviembre volvió a ponerse el traje de cosmonauta para iniciar la cuenta atrás junto al ruso Oleg Novitski y el francés Thomas Pesquet, de la Agencia Espacial Europea. Los tres despegaron de la base de Baikonur (Kazajistán) en el Soyuz. Forman parte de la expedición 50/51, que se ha unido al cosmonauta americano y a los dos rusos que ya se encontraban en la Estación. Sus experimentos científicos se prolongarán hasta mayo del 2017. Mujer de acción y de pocas palabras, Whitson luchó para cambiar las normas que limitaban la permanencia de las mujeres en el espacio por considerarlas “discriminatorias”. Y reivindica su veteranía: “Soy definitivamente una astronauta diferente, tengo mucha más perspectiva”.
En febrero, soplará las 57 velas en el espacio. Con su marido, el doctor Clarence F. Sams, también investigador de la NASA, en Houston, lo tendrá que celebrar por video conferencia. La pareja no tiene hijos. Especializado en calibrar los efectos del radical cambio de entorno al que están sometidos los astronautas en sus viajes, Sams tiene un extraordinario caso de estudio en su propia casa. Cuando regrese, su mujer se habrá convertido en la persona que más tiempo ha pasado fuera de la atmósfera entre los astronautas americanos superando el récord de 534 días de Jeff Williams.
Ambos han consagrado su vida a la carrera espacial. El tiempo libre, según su currículum oficial, lo dedica la sonriente Peggy Whitson al deporte: levantar pesas, ciclismo, baloncesto y esquí acuático. No hay duda de que está en forma. Y de que seguirá engrosando su larguísima lista de condecoraciones.