Un anticipo de lo que puede pasar con las radiales
El rescate de TP Ferro tiene muchas similitudes con lo que puede pasarles a las ocho concesiones de autopistas en quiebra. El titular de Fomento, Íñigo de la Serna, tiene previsto explicar este lunes en el Congreso las principales líneas de actuación de su departamento y, especialmente por la urgencia que entraña, el caso de estas vías de peaje, entre las que se encuentran las radiales de Madrid. El ministro trata de lograr un acuerdo para evitar la liquidación y, en consecuencia, el pago de la Responsabilidad Patrimonial de la Administración (RPA), por la rescisión anticipada de los contratos. La propuesta es la misma que Ana Pastor trató, sin éxito, de sacar adelante en el 2014 y que pasa, entre otros puntos, por una quita del 50% de la deuda. Esto complica un pacto que debe incluir a varios fondos buitre que han comprado una parte importante del pasivo de las sociedades concursadas, más del 30% de los 3.800 millones de euros que deben globalmente, según algunas fuentes. Así las cosas, como ocurrirá en breve en el túnel de El Pertús, lo más probable es que el Estado deba asumir la gestión y, también, el abono de esta compensación que la patronal de las constructores y las concesionarias Seopan ha cifrado en 5.500 millones. El Gobierno no acepta esta cifra, que considera desorbitada, y en medios del sector estiman que podría estar dispuesto a poner encima de la mesa hasta 1.600 millones. El fiasco de las autopistas se debe a varios factores, entre ellos, el principal, la falta de tráfico que aporte ingresos. Igual que en TP Ferro. Sin embargo, las causas últimas son distintas. En las primeras, la existencia de vías alternativas gratuitas y la caída de la movilidad por la crisis han frenado la afluencia. En el segundo hay importantes impedimentos técnicos, incomprensibles, que dificultan el paso de los trenes.