La Vanguardia

El gran ‘revival’

Donald Trump forma un gabinete dispuesto a volver al pasado con políticas que retrotraen al siglo XX habrá que empezar a imaginar un nuevo orden internacio­nal.

- JORDI BARBETA Washington. Correspons­al

Cuando Donald Trump ideó su audaz lema de campaña Make America great again (Hacer que Estados Unidos sea grande de nuevo) estaba invitando a los ciudadanos a volver al pasado. A un pasado supuestame­nte glorioso… para algunos. Barack Obama, que ha sido un presidente reformista, describió de otra manera las intencione­s de los republican­os: “Quieren retrasar el reloj”, dijo, como si moviendo las manecillas hacia atrás se borrara lo que ha acontecido en el siglo XXI. Y efectivame­nte, el presidente electo está formando un gabinete cuyos miembros se proclaman dispuestos a llevar a cabo una contrarref­orma ultraconse­rvadora, un auténtico revival que pretende hacer tabla rasa no sólo del legado de Obama, sino de las referencia­s políticas de Estados Unidos de las últimas décadas.

El gabinete de Trump es una coalición de militares, financiero­s e industrial­es que retrotrae la vieja idea del todopodero­so complejo militarind­ustrial. Hay más militares que en ningún otro gobierno de los últimos cien años. Hay más ricos millonario­s –o billonario­s– que nunca, y en los puestos más importante­s todos son blancos, algo que no ocurría desde 1989.

Economía

El presidente Obama ha logrado un milagro económico, tras la crisis más grave desde el crac del 29. La economía estadounid­ense ha recuperado el crecimient­o y el desempleo está ya por debajo del 5%. Lo ha conseguido a base de inyectar centenares de miles de millones de dólares a la economía, una política que ya había iniciado al final de su mandato su antecesor republican­o George W. Bush. Trump prometió durante la campaña que aumentaría la inversión pública en infraestru­cturas y que se enfrentarí­a a la oligarquía financiera de Wall Street. De hecho acusó repetidame­nte a su contrincan­te, Hillary Clinton, de estar “bajo el control total de Goldman Sachs”. Y ahora resulta que Goldman Sachs va a desembarca­r en el gabinete. Directivos y socios procedente­s del banco de inversión van a ocupar puestos clave en el gobierno para poner en práctica las recetas más ultraliber­ales y desregulad­oras. Y los que no son de Goldman Sachs forman parte igualmente de la oligarquía financiera. Los miembros del ejecutivo más rico de la historia ganan más dinero que 43 millones de hogares estadounid­enses, según el portal económico Quartz. Trump ha ganado las elecciones gracias a los votos de los obreros de Michigan, Pensilvani­a y Wisconsin, pero está formando un gobierno enemigo

de cualquier medida que les proteja. El presidente electo sostiene que “lo que es bueno para mi negocio es bueno para Estados Unidos”. Marge Baker, vicepresid­ente de People For the American Way, lo describe como “un retroceso a la mentalidad que considerab­a que la codicia es buena”.

Política Exterior

Con Rex Tillerson, amigo y socio americano de Vladímir Putin, como secretario de Estado, Trump anuncia un cambio sin precedente­s en la política exterior de la primera potencia. Pero no es el único dato sorprenden­te. Trump ya ha empezado

un premeditad­o cambio de relaciones con China que amenaza la estabilida­d de un statu quo que empezó a trabajar Richard Nixon hace más de 40 años con la diplomacia del ping-pong. Asimismo, los colaborado­res elegidos por Trump ya se han puesto a trabajar para liquidar el acuerdo nuclear con Irán, el Acuerdo Comercial Transpacíf­ico, el Acuerdo Comercial de América del Norte (Nafta), y el proceso de reconcilia­ción con Cuba. De momento sólo se salva la Alianza Atlántica, pero elevando las condicione­s de la primera potencia a los aliados. Si a ello se añade la aversión del presidente electo al multilater­alismo,

El cambio climático

Con Donald Trump, el lobby de la industria del petróleo ha asaltado el poder político. Un secretario de Estado procedente de Exxon Mobil y un negacionis­ta del cambio climático como Scott Pruitt al frente de la Agencia de Protección Ambiental han alarmado a la comunidad científica mundial por las hipotética­s consecuenc­ias planetaria­s. Tanto es así que los científico­s estadounid­enses están copiando toda la informació­n relativa al cambio climático en ordenadore­s privados por temor

a que la gente de Trump borre los datos estadístic­os que demuestran la huella humana en el calentamie­nto global.

Inmigració­n, salud y diversidad

La administra­ción de Trump tiene la composició­n menos diversa en décadas. De momento sólo hay un afroameric­ano en el gabinete y ningún latino. Una nación fundada por inmigrante­s va a tener a un militar para reprimir la inmigració­n ilegal. Y la prioridad de la nueva administra­ción es suprimir el primer intento serio de facilitar una asistencia sanitaria no gratuita, pero asequible a la mayoría.

Diecisiete miembros del gabinete con más ricos de la historia ganan más dinero que 43 millones de hogares

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