La Vanguardia

Ankara atribuye al PKK la muerte de otros 13 soldados

Un suicida atenta contra un autobús con militares de permiso

- RICARDO GINÉS Estambul. Correspons­al

La espiral de la violencia no cesa en Turquía. Ayer, un atentado suicida conmociona­ba de nuevo al país dejando al menos 13 soldados muertos en Kayseri, en el centro de Anatolia. Otros 56 resultaron heridos, seis de ellos de carácter grave.

El autor de la matanza se acercó por la mañana en un vehículo cargado de explosivos a un autobús lleno de soldados que estaban de permiso y se disponían a ir de compras el fin de semana. Cuando estuvo a su altura se hizo explotar por el lado izquierdo del autobús y lo reventó.

Los soldados vestían de paisano y su vehículo era uno de los utilizados para el transporte público, de tradiciona­l color verde, sin ningún distintivo especial.

La explosión tuvo lugar frente a la entrada del campus de la Universida­d de Erciyes, pero ningún estudiante resultó herido.

Las autoridade­s turcas no tenían dudas ayer de que los soldados eran el blanco del ataque, que atribuyero­n a la organizaci­ón armada Partido de los Trabajador­es del Kurdistán, el PKK.

Según el ministro del Interior, Süleyman Soylu, siete personas habían sido detenidas ayer en relación con el atentado y se buscaba asimismo a otras cinco.

Poco después de la explosión una turba enfurecida se dirigió al grito de “¡Venganza, venganza!” a la sede del partido prokurdo de los Pueblos Democrátic­os (HDP) en la ciudad anatolia.

De poco sirvió que el HDP condenara duramente el ataque: la marabunta lanzó a la calle los enseres de la oficina y les prendió fuego mientras colgaba una enorme bandera turca sobre la fachada.

Kayseri –la ciudad natal del expresiden­te Abdullah Gül– es una urbe de tradición conservado­ra donde el partido fundado por Gül y el actual jefe del Estado, Recep Tayyip Erdogan, logró un portentoso 65,6% del voto y el HDP apenas un 1,3% en las generales de noviembre del 2015.

El viceprimer ministro, Veysi Kaynak, llamó la atención ayer sobre el hecho de que la carnicería de Kayseri recuerda a la que se produjo el pasado fin de semana cerca del estadio de fútbol Besiktas, en la que murieron al menos 44 personas, la gran mayoría policías.

La explosión en el centro de Estambul –que Ankara atribuyó asimismo al PKK y fue reivindica­da por un grupo vinculado a él– tuvo tal magnitud que dejó un enorme cráter en el asfalto y hubo que recuperar cuerpos sin vida del techo del estadio. El atentado fue cometido por una suicida al volante de un coche cargado con unos 400 kilos de explosivos.

Ayer, el viceprimer ministro Numan Kurtulmus indicó que el material explosivo utilizado en Kayseri es similar al de la matanza de Besiktas, que, precisamen­te, según el jefe de la policía de Estambul, Mustafa Caliskan, estaba inventaria­do por el Estado.

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AP El autobús carecía de distintivo­s

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