Iglesias reclama que cesen las pugnas internas tras Vistalegre 2
Tres pablistas, tres errejonistas y un anticapitalista organizarán la asamblea
La dinámica de permanente debate interno y enfrentamiento entre corrientes y líderes está pasando factura a la imagen de Podemos y Pablo Iglesias quiere que la celebración de la asamblea ciudadana de refundación, el llamado Vistalegre 2, sirva para poner fin a esa tensión dialéctica. “Tenemos que ser capaces de entender que los procesos de debate destacan entre sus virtudes por la capacidad de cerrarse”. Ese cierre será el rumbo político fijado en la asamblea, tras el cual tampoco quiere que el nuevo Podemos sea un conglomerado de facciones en perpetuo riesgo de ebullición. Su consigna es: gorrazos, los que queráis hasta Vistalegre; y luego paz social. “Seguramente las ideas que nos organicen previamente a una asamblea ciudadana no deban constituirse en bloques, ni en partidos dentro del partido, ni en corrientes irreconciliables después del proceso”, dijo en su intervención inicial, ayer, ante el consejo ciudadano estatal en el que se acordó el equipo técnico que organizará todos los detalles de Vistalegre 2 y en el que están representadas las tres corrientes principales de la formación: un anticapitalista (Manuel Garí), tres errejonistas (Sergio Pascual, Clara Serra y Pedro de Palacio) y tres afines al actual secretario general (Pablo Echenique, Juanma del Olmo y Ana Domínguez). Echenique y Serra serán coportavoces de un órgano que tomará sus decisiones “por consenso”, aseguraban ayer ambos. Las suplentes, Lorena Cabrerizo, Idioa Villanueva y Fabiola Meco, representan a su vez a los tres mismos sectores.
Un detalle revelador de la imagen de fraternidad –palabra lanzada al ruedo por Iglesias el pasado lunes y asumida por todos desde entonces– que la dirección de la organización morada quiere proyectar hacia afuera y, sobre todo, hacia adentro, es la coincidencia en el equipo que decidirá los detalles técnicos de Vistalegre de los dos secretarios de organización que ha tenido Podemos, el errejonista Sergio Pascual, destituido de forma fulminante la pasada primavera por Pablo Iglesias, tras auspiciar una rebelión del sector crítico con Luis Alegre en el consejo ciudadano de Madrid, y el actual, Pablo Echenique. Aquel cese llevó a un punto crítico la relación entre Iglesias e Íñigo Errejón, que estuvo varias semanas desaparecido tras el golpe de timón dado por el secretario general.
Por lo demás, el consejo ciudadano estatal acordó ayer abrir el censo y fijar la fecha del 12 de febrero para la proclamación del próximo secretario general, fecha que sugiere, aunque no es seguro, que la asamblea ciudadana estatal se celebrará ese fin de semana. Los detalles, incluido el lugar en que se reunirán las bases de Podemos, deberá cerrarlos el equipo designado ayer.
Esta asamblea, dijo Iglesias en su intervención inicial, debe preparar a Podemos para ser “oposición política y popular” y rectificar los errores cometidos por la formación en su primer congreso. Ayer Iglesias asumía que su empeño entonces por una formación vertical y disciplinada para el calendario electoral fue un error en dos sentidos. Por una parte, la lista plancha que dio todo el poder al equipo de Iglesias: “No era necesario excluir del órgano de dirección a las minorías, habríamos podido continuar ese camino siendo algo más confiados”. Y por otra, “entendíamos que Podemos necesitaba un modelo presidencialista, pero creo que lo exageramos y eso hizo que este consejo naciera demasiado vinculado a la figura del secretario general. En ese sentido, aunque seguro habrá diferencias en la organización, tenemos que avanzar para asegurar que el consejo ciudadano tenga una legitimidad propia”.
Al equipo de Vistalegre regresa Sergio Pascual, destituido por Iglesias de la secretaría de organización