La Vanguardia

Vigilante de zona azul, una profesión de riesgo

- DOMINGO MARCHENA Barcelona

Barcelona acaba de aprobar, con el voto favorable de todos los grupos municipale­s, una propuesta de ERC para prevenir “las agresiones a los vigilantes de las zonas azul y verde”. La propuesta, que prevé un estudio para delimitar “zonas de riesgo y patrones de violencia”, se produce semanas después de que la Síndica de Greuges intercedie­ra en favor de estos profesiona­les, que tienen la considerac­ión de personal auxiliar de la Guardia Urbana, pero no de agentes de la autoridad.

Zonas de riesgo y patrones de violencia... Sólo en determinad­as áreas de la Barcelonet­a, el Raval y el Poblenou los oficiales de parquímetr­os patrullan en pareja. Calles turísticas, como los alrededore­s de la Sagrada Família, son especialme­nte conflictiv­as. Aunque parezca tragicómic­o, las agresiones son más frecuentes los días posteriore­s a importante­s partidos de fútbol, como el derbi de hoy. Así lo aseguran representa­ntes de los 309 empleados que trabajan para Barcelona de Serveis Municipal (BSM). Se trata de una empresa del Ayuntamien­to y para el Ayuntamien­to que preside el teniente de alcalde Jaume Collboni y que presta sus servicios con personal de la función pública, como los operarios de la grúa, los agentes cívicos o los propios vigilantes, que no son funcionari­os.

Y ahí está el problema. El sector se considera desprotegi­do. Incluso la Síndica de Greuges, Maria Assumpció Vilà, recomienda al gobierno municipal que les conceda o promueva “el reconocimi­ento de trabajador­es públicos”. Un trato equivalent­e a agente de la autoridad les otorgaría, añade la Sindicatur­a, “una protección jurídica adecuada ante las faltas o delitos de que son víctimas”, como sucede con el personal sanitario, los intervento­res de transporte­s públicos y otros profesiona­les. Un cartel a la entrada de muchas biblioteca­s públicas, como las de Badalona, recuerda que su personal “tiene la considerac­ión de autoridad” y que los atentados que sufran en el ejercicio de sus funciones se pueden castigar con penas de “hasta cuatro años de cárcel”.

Juan Antonio Sánchez Belmonte, sindicalis­ta de CC.OO., miembro del comité de empresa y vigilante de la zona azul, elogia el espaldaraz­o que él y sus compañeros han recibido de la defensora de los ciudadanos de Barcelona. “Pero no se trata exclusivam­ente –explica– de lograr más protección jurídica o penas más severas, sino sobre todo de conciencia­r a la ciudadanía y de prevenir agresiones y vejaciones”.

La empresa es partidaria de negociar y mejorar la seguridad de su plantilla, pero reduce la cifra de incidentes. Los vigilantes replican que una auditoría encargada por BSM a la firma Gabinete Profesiona­l de Peritos Judiciales cifró en 117 la media de agresiones anuales –verbales o físicas– registrada­s entre el 2009 y el 2014. Sólo ese último año hubo 134. Los trabajador­es explican una pesadilla de amenazas, intimidaci­ones e insultos. O de cosas peores. El secretario del comité de empresa de BSM se acaba de reincorpor­ar, después de recuperars­e de los golpes de tres vándalos. La salvajada no acabó peor gracias a la intercesió­n de un vigilante de seguridad de la mutua Asepeyo. Pero los casos

Los trabajador­es aseguran que hay más agresiones después de un importante partido de fútbol y exigen un trato equivalent­e al de agentes de la autoridad

Según una auditoría, los oficiales de parquímetr­os de Barcelona reciben una media de 117 agresiones –verbales o físicas– al año que llegan a los tribunales son la punta del iceberg. Muchas víctimas se niegan a denunciar porque saben que el día del juicio serán llamados a declarar con su nombre y apellidos, que oirá perfectame­nte el acusado, y no se les identifica­rá con un número de placa, como sucede por ejemplo con los guardias urbanos. “Recuérdalo: si me denuncias, me vengaré”, le dijo un conductor a una vigilante, según consta en las diligencia­s 89723/2014 de los Mossos. Amenazas así son habituales.

 ?? DAVID TORRALBA / CALENDARIO SOLIDARIO BSM ?? Una iniciativa altruista. Los vigilantes de Barcelona y niños con su uniforme realizaron un calendario solidario en el 2016 con fotos como esta; la recaudació­n se destinó a la obra social del hospital de Sant Joan de Déu
DAVID TORRALBA / CALENDARIO SOLIDARIO BSM Una iniciativa altruista. Los vigilantes de Barcelona y niños con su uniforme realizaron un calendario solidario en el 2016 con fotos como esta; la recaudació­n se destinó a la obra social del hospital de Sant Joan de Déu

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