El hombre de la bolsa
Se especializó en TV3 en temas de turismo y bolsa, y fue un colaborador habitual de Josep Cuní
Se sentaba en una de las mesas que daban a las ventanas de la cafetería y siempre tenía delante un té en vaso de vidrio que le ayudaba a tomarse el bocadillo. Tomaba un trago y, a menudo, encontraba la bebida demasiado caliente y añadía un poco de agua de una botella para bajar la temperatura. Ricard era práctico, en las pequeñas cosas y también en el trabajo. Muchos años de profesión habían hecho que se centrara en los aspectos más importantes del trabajo, prescindiendo de ornamentos. Habitualmente llevaba chaqueta y a menudo corbata si tenía que ir a algún acto del mundo económico. Iba muy recto con pasos largos que su considerable altura le permitía. Tenía un punto presumido, un aire de dandy que le mereció el mote de
Lord Rafegas, creación de Albert Closas.
Todo empezó cuando tenía 25 años y se estrenó como periodista en el Diario de Terrassa. Era 1982 y el periódico se encontraba en pleno relanzamiento después de que pasara de la cadena de prensa oficial del franquismo a manos privadas. El periodismo local fue, pues, el campo de entrenamiento de Ricard durante dos años. En 1985 dio el salto a Catalunya Ràdio, dos años después de la creación de la emisora de la Generalitat. Trabajó cinco años e hizo información política y también económica en los boletines horarios y los informativos de mediodía y noche.
Mucha gente de la radio fue pasando a TV3 los años siguientes. En 1991 lo hizo Ricard y empezó a empujar la rueda de la información económica: la Cambra de Comerç, la inflación, las juntas de accionistas, el paro, el crecimiento y todos los grandes tópicos de la especialidad. Con el tiempo se fue especializando en temas de turismo, de telecomunicaciones y, el más recordado, de bolsa.
En 1997 colaboraba en el informativo de Josep Cuní TN33 haciendo la información bursátil, y repitió con el mismo conductor años más tarde cuando hacía Els Matins.
Ricard fue una de las personas que dedicaba su jornada a la bolsa de Barcelona, siguiendo los mercados y explicándolo en directo en repetidas conexiones en una misma mañana. El trabajo en la sección de Economía lo llevó a viajar a veces. Entre otros lugares, fue a Londres a cubrir la feria turística que se organiza y también a Marruecos, donde trató de las relaciones comerciales, la inversión catalana y los problemas del mercado laboral del país.
Colaboró en Valor Afegit haciendo varios reportajes sobre turismo, el sector náutico y también sobre el funcionamiento de las empresas en tiempo de crisis. El 2014 Ricard hizo con Ramon Millà el reportaje “Aixecant el vol” en el 30 minutos. Una pieza en la que se analizaba la rivalidad del aeropuerto de El Prat con el de Madrid-Barajas para captar tráfico de aviones y pasajeros.
Teresa, su mujer, lo animó a proponer más reportajes a lo largo de los años, pero durante mucho tiempo él tuvo claro que se quería dedicar prioritariamente a sus hijos. Estaba muy atento a los deberes y los exámenes. Cuando fueron mayores pudo dedicar más tiempo al deporte. Fue miembro activo del club de baloncesto de Olesa y corrió hasta que una rodilla le falló. Los últimos años se dedicó a la horticultura y traía muy contento el fruto de su afición para compartirlo con los compañeros.
Las inquietudes de Ricard también lo llevaron al compromiso sindical. Formó parte del comité de empresa por el Sindicat de Periodistes y a menudo tenía una opinión formada sobre los temas que afectaban a la vida laboral.
Ricard Rafegas era de las personas que sólo habla para mejorar el silencio. Era el líder de la gente discreta y reservada de la redacción. Hasta un cierto punto, jugaba a dejar muchos aspectos de su vida en la sombra y eso le daba un cierto aire de misterio. Así quiso llevar la información sobre la enfermedad que ha puesto fin a su vida a los 59 años. Pero eso no fue obstáculo para generar el afecto y consideración de sus compañeros.