Salvemos el monasterio
La desidia de la Junta amenaza San Isidoro del Campo, monumento histórico y foco luterano
Se trata de uno de los enclaves más destacados de Andalucía por su valor religioso, artístico, histórico y patrimonial, pero el monasterio fortificado de San Isidoro del Campo, cuya construcción inició Guzmán el Bueno en 1301 por encargo de los duques de Medina Sidonia, languidece hoy sin que la Junta, que tiene cedido el uso del monumento, parezca decidida a tomar cartas en el problema. Situado muy cerca de otro enclave capital como son las ruinas romanas de Itálica, la sociedad civil de Santiponce (Sevilla) se moviliza para situar a San Isidoro del Campo en el lugar que merece.
Hoy el monasterio no forma parte de ninguna ruta turística, el personal que lo cuida es mínimo, el régimen de visitas es muy restringido y la falta de recursos afecta a la seguridad de un lugar que tiene la consideración de monumento nacional desde 1872. En verano fue noticia por el robo de dos valiosos azulejos que databan del siglo XVI, obra del ceramista Niculoso Pisano, que ornaban una de las paredes del majestuoso Claustro de los Muertos.
Salvar San Isidoro del Campo de la desidia de la administración es lo que se han propuesto numerosas organizaciones culturales sevillanas, con el horizonte del año que viene como fecha elegida para dar la vuelta a la lamentable situación actual. El monasterio combina el arte gótico, el mudéjar y el barroco en sus dos iglesias, claustro principal, refectorio, sala capitular y sacristía. El interior conserva numerosas obras de Martínez Montañés, que es el autor del retablo mayor, una de las obras cumbre de la imaginería barroca en España.
Las asociaciones que enarbolan la bandera de la salvación de San Isidoro del Campo exigen un plan director a la Junta de Andalucía con el objetivo de restaurar el claustro principal y la torre barroca del monumento, actualmente en muy mal estado, tal y como se ha hecho ya con el imponente claustro de los Muertos y la capilla del Cristo de los Torrijos. Y también un compromiso de inversiones.
Incluso se estarían planteando solicitar la ayuda de algunos gobiernos centroeuropeos que pudieran estar interesados, a consecuencia de su historia. Desde 1540 la comunidad de monjes del recinto se convirtió en uno de los focos del protestantismo en España y de su difusión en la América española.
La introducción clandestina de libros procedentes de Europa en los que se explicaba la Reforma protestante fue muy activa en este monasterio ya que uno de los monjes, fray Antonio del Corro, era pariente del inquisidor de Sevilla, que dejaba bajo su custodia los libros confiscados por la Inquisición. El resultado fue que durante varios años el monasterio fue un reducto de las nuevas ideas reformistas que llegaban de Centroeuropa. La aventura duró hasta 1557, cuando el sistema represor católico hizo huir a una docena de monjes infectados de luteranismo ante el temor a perder la vida. Varios de ellos terminaron sus días encarcelados y torturados en el castillo sevillano de San Jorge.
Por este pasado vinculado a las ideas de Lutero, algunos piensan que es el momento para recabar ayuda de una Europa Central que el año próximo celebrará el V centenario de la Reforma protestante. Una nueva visión religiosa en la que el monasterio sevillano, ahora en profundo declive, tuvo una importancia muy poco conocida.
El claustro principal y la torre barroca se encuentran en muy mal estado, y se pide ayuda a Europa