El Japón que ideó Zico
El Madrid juega la final ante el desconocido Kashima Antlers
Invitado al Mundial de Clubs por ser el campeón del país anfitrión, Japón, el Kashima Antlers ha sido la gran revelación del torneo y se ha colado en la final de hoy a las 11.30 h (TVE1) ante el Real Madrid tras eliminar en la ronda previa al neocelandés Auckland City (2-1), en cuartos al Mamelodi Sundowns sudafricano (2-0) y en la primera semifinal al Atlético Nacional de Medellín (3-0), el campeón de la Libertadores.
Clásico del fútbol japonés, fundado en 1947, en Osaka, como el equipo de la industria metalúrgica Sumimoto, el club se trasladó a la ciudad de Kashima, en la prefactura de Ibaraki, cerca de Tokio, en 1975. Es el equipo que más veces ha ganado la liga nipona, ocho, desde su actual formato creado en 1992. Sin embargo, nunca ha sido capaz de ganar la Liga de Campeones de Asia. Su nombre Antlers (astas en inglés), es un juego de palabras con el nombre de Kashima, que en japonés significa isla de ciervos.
Pero si algo ha dado notoriedad al Kashima fuera de sus fronteras fue la incorporación a sus filas del internacional brasileño Zico, que fichó por el club en 1991, cuando ya tenía 40 años. Supuso un antes y un después para el fútbol de un país entonces entregado mayoritariamente al béisbol, la gimnasia y a deportes de lucha tradicionales, como el judo.
Zico, que llegó acompañado de sus compatriotas Alcindo y Santos, llevaron al Kashima a ganar aquel año la primera fase de la competición, aunque cayeron en la final ante el Verdy Kawasaki. Zico jugaría tres años, sin llegar a ganar la liga. Firmaría como entrenador en 1995 y ya en el 96 se hizo con el trofeo con una mezcla que el club sigue potenciando hoy: una base de jugadores japoneses con una aportación de calidad de brasileños. En aquel entonces más afamados, como Leonardo o Jorginho.
En la actual plantilla los brasileños tienen una presencia más testimonial. Son el defensa de 21 años Bueno y el mediocentro Fabricio, de 26 años, ninguno titular. En un fútbol cuyos aficionados son más de jugadores que de clubs, el jugador más querido del actual Kashima es el veterano capitán, Ogasawara, de 37 años, que tiene como referente al exazulgrana Xavi Hernández desde que se enfrentó contra él en la final del Mundial juvenil celebrado en Nigeria en 1999.
La velocidad de la contra es el arma fuerte del Kashima, con la que desbarató al Atlético Nacional amparado también en buenas paradas del veterano portero, Sogohata. El Madrid hará bien si vigila al joven delantero Yuma, el que celebró el gol a lo Cristiano. Todo lo que no sea una victoria cómoda de los blancos sería una grandísima sorpresa.