Polonia vuelve atrás
Miles de ciudadanos polacos han salido a la calle para protestar contra las decisiones, consideradas antidemocráticas, del Gobierno católico del partido Ley y Justicia, cuyo comportamiento retrotrae a los últimos estertores del sistema comunista, caído en los ochenta.
Ni el Gobierno polaco dio ayer señales de echarse atrás en su ofensiva autoritaria, ni la oposición parlamentaria está dispuesta a levantar la ocupación de la Cámara de Diputados. Mientras, miles de polacos siguen protestando en las calles contra la democratura (mezcla de democracia y dictadura) de la que acusan a la primera ministra Beata Szydło. A su vez, la jefa del gobierno atacó a la oposición acusándola de conducta “destructora, dañina para la democracia y escandalosa”.
Por su parte, el presidente de la República, Andrzej Duda, emplazado por la oposición y miles de manifestantes en la calle a intervenir, sólo ha mostrado señales de querer mediar para que el régimen rectificara la expulsión de periodistas del Sejm, la Cámara de Diputados, y el virtual veto a que sigan cubriendo debates parlamentarios, promulgado el jueves pasado. Duda, con todo, atacó a la oposición a la vez que dio la razón al Gobierno.
En el tercer día consecutivo de protestas, miles de manifestantes –diputados y ciudadanos corrientes– desafiaron ayer al frío y acudieron a la sede del Tribunal Constitucional, anulado por el actual Gobierno, tras un año de guerra política sin tregua, y mas tarde ante el Sejm, para expresar su rechazo al Ejecutivo que actúa a partir del ideario del actualmente diputado ultraconservador Jarosław Kaczynski. Los manifestantes dieron asimismo su respaldo a varios centenares de diputados de la oposición que desde el viernes pasado vienen ocupando el hemiciclo para protestar contra la exclusión de uno de sus diputados, y contra la aprobación de una serie de leyes, entre ellas nada menos el presupuesto para el año 2017, de noche, en una sala contigua, a puerta cerrada, sin quórum comprobado y vetando acceso al debate a los parlamentarios de la oposición.
En un alarde de propaganda, Beata Szydło acudió a la televisión para ensalzar la labor social de su Gobierno a favor del pueblo polaco, silenciando por completo su ofensiva contra el Estado de derecho, las violaciones de la Constitución, la guerra contra el Tribunal Constitucional, la libertad de expresión y la independencia judicial. “¡No vamos a dejar que la anarquía y el bandidaje triunfen!”, clamó el número dos del partido Ley y Justicia durante un mitin de partidarios del Gobierno nacionalista.
La ultima vez que los polacos escucharon semejantes arengas desde el poder fue en los años ochenta, cuando el régimen comunista proclamó un estado de guerra para reprimir el sindicato Solidarnosc.
El presidente Duda ha mostrado señales de querer mediar, pero de entrada da la razón al Ejecutivo de Szydło