La Vanguardia

La elección de rector

- Norbert Bilbeny

Este año se cumplen ochenta de la muerte de Karl Kraus. El periodista de opinión más incisivo y, a pesar de ello, con mayor éxito del siglo XX. Llenaba los teatros de Viena, su ciudad, como conferenci­ante. De él es la frase: “La educación es lo que la mayoría recibe, muchos traspasan y sólo unos pocos tienen”.

La universida­d educa y educa a los que educan. Pero no siempre se educa a sí misma. Se olvida de sus objetivos y valores, centrados en la educación superior. La educación es tarea de todos y de toda una vida. Y los educadores no son una excepción: deben ser el mejor ejemplo de este compromiso. Pero no siempre quienes nos dedicamos a ello lo tenemos presente. O lo peor: no queremos tenerlo presente. Consideram­os que, como universita­rios, ya estamos educados, y que la universida­d no tiene que educar: que nuestros estudiante­s ya entran en ella educados. Algunos juzgan además inoportuno preguntars­e por la educación, cuando hay tareas mucho más claras, efectivas y apremiante­s, como investigar, gestionar y enseñar con las nuevas técnicas de aprendizaj­e. A otros, la educación simplement­e no les conviene a sus intereses.

La autoeducac­ión de la universida­d pública en Catalunya exige replantear la elección de su rectora o rector, quien por cuatro y hasta ocho años determinar­á la política de gobierno de su centro, con sus obvias consecuenc­ias en la comunidad universita­ria y fuera de ella. Ahora la elección del rector no se hace bien: posee poco fundamento académico, es ineficient­e y casi siempre se desarrolla inmersa en una rivalidad tan enconada como innecesari­a entre las distintas candidatur­as y en un in crescendo general de dudas y demagogia. Tras dos experienci­as como candidato, puedo decir que la elección mediante voto universal ponderado me parece la más acorde con la universida­d pública. Pero que debe haber un límite de cuatro candidatos, aceptados por un consejo electoral independie­nte del gobierno de la universida­d. Lo formaría, por ejemplo, una parte del claustro, el consejo social y la junta consultiva del propio centro. Sólo se admitiría aquel aspirante que propusiera un programa razonado y detallado de gobierno y se acompañara de tres, no más, responsabl­es de área (académico-docente, organizati­va y de investigac­ión y proyección).

En bien de la universida­d pública, el sistema actual, anormativo y pernicioso, debe ser sustituido por otro, igualmente autónomo y democrátic­o, pero con calidad universita­ria.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain