Sarah Jessica Parker, en la distancia corta
La actriz sorprende por su timidez en un acto en Madrid
El tren de vida de Carrie Bradshaw siempre ha sido un referente para las adictas a la moda y el cosmopolitan. La idea de escribir una columna semanal y poder permitirte vivir sola en un apartamento en Manhattan no es desalentadora. Pero Sarah Jessica Parker tampoco busca que se glorifique un personaje femenino tan transgresor hijo de su tiempo. “No hay que confundir la vida doméstica fuera de una gran ciudad con el aburrimiento”, dijo en la presentación en Madrid de la plataforma de contenidos de HBO, donde se cobijan tanto Sexo en Nueva York como su nueva serie Divorce, por la que está nominada al Globo de Oro.
El discurso no iba acompañado de ninguna clase de esnobismo sino más bien todo lo contrario. Sorprendía descubrir que la actriz se movía con timidez incluso en un evento promocional. Su actitud recordaba la de una niña vergonzosa que de poder se escondería detrás de Liam Cunningham (Ser Davos en Juego de tronos), que compartía el escenario con ella. Y, como si fuera la hermana mayor de Kristen Stewart (la actriz más socialmente torpe de Hollywood), dudaba y titubeaba, entrecortando palabras con silencios y colocándose el dedo índice sobre los labios, como si tuviera que reordenar sus pensamientos antes de cada frase.
En su breve visita aprovechó para recorrerse las calles de Madrid de la Latina a Malasaña para descubrir talleres artesanales y showrooms cuando no estaba desfilando de sarao en sarao (entre ellos una cena con el embajador estadounidense James Costos y una fiesta de presentación en la misma sala Florida Park donde Lola Flores había perdido un pendiente). Y también se pudo conocer una mujer comprometida con los principios feministas, reconociendo que como productora intenta dar trabajo a mujeres directoras.
Pero Sarah, por más capas que se descubran, sigue siendo mucha Carrie. Y es que esa melena setentera permitirían identificarla en medio de la muchedumbre, siempre impecable. También es la ventaja de viajar con Serge Normant, un peluquero de celebridades de Nueva York, que se hospedaba en el mismo hotel cinco estrellas.
La protagonista de ‘Divorce’ quiso visitar los talleres y ‘showrooms’ de la Latina a Malasaña